Diez amarillas y una polémica: el primer River-Boca de Fernando Rapallini
Para Fernando Rapallini fue el primer superclásico como máxima autoridad. Había sido el cuarto árbitro en la final de la Supercopa Argentina que River le ganó a Boca, en Mendoza, donde había tenido un fuerte entredicho con Guillermo Barros Schelotto, que luego recrudeció en ocasión de un partido de Boca frente a Huracán.
Pero como el Mellizo ya no está –tampoco Gago, otro con el que tuvo un cortocircuito–, Rapallini tuvo un foco de conflicto menos en un superclásico que, de todas maneras, no lo mostró con un nivel aceptable ni con una unanimidad de criterios.
Al final, algunos jugadores de River se acercaron a reclamarle por una posible infracción de Capaldo a Casco dentro del área. También había disconformidad local por un planchazo de Jan Hurtado a Paulo Díaz que sancionó con tarjeta amarilla, pero bien pudo ser de expulsión.
"Del árbitro no hablo", dijo Marcelo Gallardo en la conferencia de prensa, pero después se explayó un poco más. Expresó que había sido muy evidente la fuerte infracción del delantero venezolano sobre el zaguero chileno. Y enseguida agregó que, de haber sido al revés, se hubiera hablado de que River era beneficiado.
Sobre la brusca entrada de Hurtado, Rapallini dio su interpretación: "En el planchazo me tapa el mismo jugador de Boca. Veo intensidad y no el punto de contacto en detalle. La veré por televisión. Son muy rápidas, estaba cerca, pero no tenía el mejor ángulo porque había una montonera de futbolistas".
Más allá de las controversias, el juez hizo un balance positivo de su paso por el superclásico: "Lo pudimos disfrutar mucho. Fue intenso, estuvimos metidos, tratando de estar a la altura".
Dentro de un desarrollo bastante friccionado, amonestó a diez jugadores. Siete de Boca: Andrada (por demorar) y al resto por infracciones (Lisandro López, Izquierdoz, Fabra, Capaldo, Marcone y Hurtado). Los tres de River fueron por faltas: Casco, ‘Nacho’ Fernández y Enzo Pérez. Sobre este último quedó la duda sobre si no hubiera merecido la segunda amarilla cuando, en el segundo tiempo, se interpuso en un contraataque de Hurtado. Rapallini ni siquiera cobró falta y dio sus razones: "Evalué que Hurtado es el que choca al futbolista de River". A esa altura, Rapallini daba la sensación de que hacía equilibrio para compensar con varias decisiones. El superclásico no se le terminó escapando de las manos, quizá no tanto por su capacidad, sino porque lo ayudó el desarrollo.
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