Hace 10 años, el expresidente y el ministro-candidato firmaron un compromiso contra el narcotráfico auspiciado por el Episcopado; el kirchnerismo se ausentó y Patricia Bullrich se quedó afuera; el recuerdo de los protagonistas
Aún no se habían apagado los ecos de aquellas elecciones legislativas de 2013, en las que el por esos días opositor Sergio Massa puso un límite a la ilusión de “Cristina eterna”, al derrotar al Frente para la Victoria en la provincia de Buenos Aires. Fue en aquel momento especial cuando la Iglesia logró lo que ya entonces, y más aún hoy, parecía ser la “foto imposible”.
El propio Massa, entonces a la cabeza del exitoso Frente Renovador; el jefe de gobierno porteño y líder de Pro, Mauricio Macri; el presidente de la UCR, Ernesto Sanz y una lista selecta de dirigentes nacionales, algunos de ellos con claras ambiciones presidenciales, firmaron en medio de saludos y sonrisas en aquel caluroso 19 de diciembre de hace casi una década un compromiso conjunto para la “implementación de políticas públicas sobre el consumo de drogas y lucha contra el narcotráfico”.
Una postal impensada de unidad, que tuvo como factótum al presidente de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, y que diez años después es vista por sus propios protagonistas con una mezcla de nostalgia y resignación: pocos, casi ninguno de los objetivos comunes se cumplió, y la batalla contra el narcotráfico parece tan perdida como la posibilidad de una clase dirigente aunada detrás de un objetivo, tan siquiera uno modesto y general.
“Recuerdo (esa reunión) con alegría y satisfacción. Fueron años de muchas entrevistas personales con dirigentes políticos y legisladores de todos los espacios. Eso queda plasmado en las firmas”, dice hoy Lozano, arzobispo de San Juan y en aquel momento presidente de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado, en contacto con LA NACION.
Las firmas, claro, daban crédito a ese trabajo silencioso y efectivo. El ya exgobernador de Santa Fe Hermes Binner (del Partido Socialista); el sindicalista combativo Víctor De Gennaro (Unidad Popular); un muy joven Pablo Javkin (entonces presidente de la Coalición Cívica-ARI de Elisa Carrió); el cineasta y senador Fernando “Pino” Solanas (entonces a la cabeza de UNEN); la diputada Margarita Stolbizer (GEN) y Humberto Tumini (presidente del Movimiento Libres del Sur), fueron los otros dirigentes que se sentaron en la larga mesa y dieron su compromiso público de colaborar en conjunto contra el crecimiento del narcotráfico, el aumento irrefrenable del comercio y consumo de paco, y en favor de políticas educativas y de contención para frenar un flagelo entonces en plena expansión.
Dos dirigentes más firmaron también aquel compromiso, aunque por distintas razones no estuvieron allí. El caso más notorio fue el de Daniel Scioli, que promediaba su segundo mandato como gobernador bonaerense y estaba ya perfilado como eventual candidato presidencial del Frente para la Victoria, dos años después. “Tuvo que tomarle juramento a ministros que asumían”, recuerdan organizadores de aquel encuentro para explicar la ausencia, tan sonora como la del cordobés y también peronista José Manuel de la Sota, enfrascado en su gestión como gobernador de Córdoba.
La contrapartida de esas ausencias con aviso fue la irrupción, sin invitación previa, de Patricia Bullrich, quien llegó a la sede de la calle Suipacha con toda la intención de firmar el compromiso y, claro, también quedar inmortalizada en la foto común. “La tuvieron que frenar para que no entre al salón, le dieron un cafecito y le explicaron que la convocatoria era para líderes de partidos nacionales”, cuentan testigos inmejorables de aquella situación incómoda, que de todos modos la líder de Unión por Todos-y hoy precandidata presidencial se tomó con filosofía y buen humor.
Otro participante de aquella reunión agrega que los “egos” de quienes pretendían suceder a Cristina Kirchner también se pusieron en juego. “Nadie puso condiciones extremas, pero Massa y Macri querían estar en el centro de la foto”, comenta otra fuente que presenció las discusiones previas a la reunión. “El terreno había sido preparado cuidadosamente, con anticipación, y con cada uno en reuniones previas a la fecha de la firma. Pero hasta que las personas no estuvieron sentadas ocupando su lugar, no teníamos certezas. Me sorprendió gratamente la respuesta a la invitación que hicimos desde la Pastoral Social”, completa Lozano.
Acciones concretas
El documento firmado contenía algunas precisiones sobre los eventuales caminos para el combate contra los narcos y el consumo de drogas. “Argentina es hoy, no solo un país de tránsito y consumo, sino también de producción. Es esencial el control de los precursores químicos necesarios para la producción de droga a nivel local”, rezaba el texto conjunto, que en otro párrafo sostenía que “el paco constituye una especial amenaza por sus características destructivas y por afectar fundamentalmente a las poblaciones más vulnerables y requiere de acciones concretas para alejarlo de las manos de los adolescentes y jóvenes pobres”.
“Es de vital importancia hacer esfuerzos para equipar a las fuerzas de seguridad a fin de ejercer un efectivo control del espacio aéreo, de ríos (muy particularmente la Hidrovía Paraguay-Paraná) y mares limítrofes, y de las fronteras terrestres por donde ingresan las drogas ilegales al país”, también puntualizaba el texto, que leyeron, un párrafo cada uno, los políticos presentes.
Con las cámaras encendidas ante la prensa, todos dieron un diagnóstico preocupante y apelaron al trabajo conjunto. “El diálogo es fundamental para derrotar este flagelo. Los narcos nos tienen que encontrar unidos”, dijo Binner, fallecido en junio de 2020. “Hay delitos federales cuando hay complacencia por parte del Estado. El destino de la Argentina se juega en la acción mancomunada. El Papa Francisco sigue estando a la vanguardia”, se despachó Solanas, también fallecido ese año, el primero de la pandemia. “No es difícil que reunamos a la dirigencia política. Entendemos la importancia del diálogo”, aseguró Macri, mientras que Massa sostuvo que “es central perseguir el dinero del narcotráfico. Tenemos que celebrar la convocatoria de la Iglesia”, aseveró.
Casi diez años después, los recuerdos de esos mismos asistentes a aquel encuentro mezclan orgullo y desazón. “En aquella época teníamos un gran vínculo con Binner, Stolbizer y De Gennaro. Con Massa y Macri apenas nos saludamos”, recuerda Tumini, aunque reconoce que “desde entonces, la situación empeoró bastante, no hay una política de Estado, y se siguen consejos desde Estados Unidos que no ayudan”, afirma con “lógica” antiimperialista.
Para Sanz, “era claramente una foto imposible. Fuimos porque teníamos un gran respeto por Lozano, y el tema nos unía. Evidentemente la política no pudo cumplir con ese compromiso”, sostiene a este diario el radical mendocino. “Una muestra de eso fue la presencia de Javkin, que hoy es intendente de Rosario. El narcotráfico ha avanzado de manera brutal, y ahora el epicentro es el conurbano”, completó.
“Fue importante, un compromiso de todas las fuerzas políticas en relación a los distintos puntos de lucha. Si lo mirás desde el hoy, gran parte de ese programa es el que no se cumplió y el que deberíamos cumplir. Y gran parte del consenso político que hay que construir ahora se construyó en esa foto”, dijo el intendente rosarino Javkin a LA NACION. “Esa foto demostró que se podía hacer, lo malo es que después no se materializó en los hechos. Habrá que volver a intentarlo”, concluye el jefe comunal de Rosario.
Lo que vino después es, como podía esperarse, la crónica anunciada de promesas que quedaron en el papel. Los tres que compitieron por la Presidencia en 2015 siguieron su camino ascendente, sobre todo Macri que fue presidente, con Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. Scioli, que perdió por muy poco, llegó después a la Cámara de Diputados y a la embajada en Brasil, mientras Massa pactó con el kirchnerismo, presidió la Cámara de Diputados y hoy es la principal carta del oficialismo para las PASO del próximo domingo y las presidenciales de octubre.
Fallecidos Solanas, De la Sota y Binner, De Gennaro, Javkin, Tumini y Stolbizer representan a un progresismo hoy minoritario, dentro y fuera de las dos coaliciones que e disputan el poder. Nadie, más allá de los matices, supo ni pudo frenar de modo efectivo y permanente una amenaza que se cobra, día a día, renovadas víctimas.
“El acontecimiento en sí mismo tuvo una repercusión pública muy buena y eso fue muy valioso. Me hubiera gustado un mayor compromiso del Estado en sus diversas estructuras y niveles. Estimo que quienes tuvieron responsabilidades en la elaboración de políticas públicas no supieron dar respuesta a estos compromisos. La corrupción y el crimen organizado tuvieron más fuerza que las buenas intenciones”, concluye el arzobispo Lozano.
Más notas de Sergio Massa
Más leídas de Política
Gobierno. Oficializan la designación de la esposa del consultor libertario Cerimedo en la Agencia Nacional de Discapacidad
1286 preguntas del Senado. Posse responde sobre los 5 meses de Milei: qué dijo sobre los perros, los sueldos, el costo de los viajes y la base en Ushuaia
¿Casos aislados o un plan sistemático? Qué pruebas hay y cómo avanza la causa por extorsión a beneficiarios de planes
En la mira de la Justicia. Jeremías Cantero, el segundo de Belliboni, hasta marzo era empleado de Capital Humano