Maximiliano Korstanje, la movilidad y el terror global

El impacto del atentado a las Torres Gemelas, en 2001, sigue mostrando consecuencias. Por ejemplo, en las industrias de la hospitalidad y el turismo. "Lo que hasta el momento era orgullo de la conciencia occidental, como el turismo, la movilidad y los medios, fueron empleados como armas en contra del país más importante del planeta", sintetiza Maximiliano Korstanje, que se dedica a explorar los vínculos complejos entre el terrorismo y las experiencias del riesgo, la movilidad y el turismo en el mundo global.
"Si el terrorismo clásico de los 70 y 80 preconizaba «atacar a altos funcionarios», como políticos o jefes de policía, hoy lo hace a centros turísticos de lujo o consumo masivo", describe. Sin embargo, a pesar de la retracción que los atentados provocan en el flujo de visitantes a algunos destinos, eso no dura para siempre. "El turismo muestra una gran resiliencia y hasta puede recuperar los volúmenes anteriores de flujos de turistas. Una vez reducido el conflicto, el destino recupera su atractivo incluso en lugares de muerte masiva, como Ground Zero en Nueva York, o donde se han desatado terribles desastres naturales como Sri Lanka o Nueva Orleans", cuenta Korstanje, que creó en 2010 la International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality con la Universidad de Palermo y es colaborador y revisor de más de 30 revistas de su especialidad.
Korstanje diferencia dos tipos de movilidades. "Si el turista es un agente de privilegio para cuyo bienestar se articulan toda una serie de mecanismos, el migrante no corre la misma suerte", dice. Y cita otra paradoja: "Mientras los turistas cuadriculan el mundo según «lugares seguros y peligrosos», mayores son las posibilidades de que el terrorismo pueda seguir operando bajo una lógica de extorsión y terror".
Edad: 37 años
Perfil: licenciado en Turismo, magister en Antropología social, investigador de la UP y la UNQ
Su tema: terrorismo, seguridad turística, riesgo y movilidad