Luz y sombra

Octavio Paz dijo que el exceso de luz es como la sombra intensa: no deja ver. Por eso nunca vemos mejor que en esos momentos de transición entre el día y la noche. Si estamos atentos, las cosas allí muestran su rostro y todo cobra otra perspectiva. El problema que nos abrumó durante la jornada de pronto pierde peso y se extingue en esa luz que se atenúa mientras progresa la sombra. A veces, como de refilón, los últimos rayos de sol traen reflejos de otros mundos. Algo así ocurre en esta imagen, que por otra parte parece la constatación visible de la redondez de la Tierra. De este lado, el país de la noche. Más allá, el imperio del día. Y en el medio, allí donde ambos se mezclan, el planeta que gira (y con él, la gente y los animales). ¿Anochece o amanece en este mercado de las afueras de Jalalabad, una ciudad ubicada a unos 150 km de Kabul, capital de Afganistán? Poco importa. Lo que vemos es el instante fugaz y revelador en que los contrarios se encuentran.