El ocaso de una promesa que ilusionó al mundo
El trecho que va de las promesas a los éxitos o a los fracasos suele estar sembrado de imponderables. Pero cuando el resultado dista de lo soñado no son atenuantes las causas exógenas del fracaso.
En los últimos días, la atención se posó en un gobernante llegado al poder con un proyecto que la prensa mundial celebraba: proponía modernizar el país, salía al mundo en busca de inversiones y rompía la cultura cortoplacista con la preparación de un plan estratégico para 2030.
Antes de lo esperado, llegaron tropiezos económicos, agravados por la persecución de empresarios por corrupción. Además, se desataron conflictos al habilitarse reformas sociales rechazadas por la jerarquía religiosa. Ahora, muchos califican su gestión de improvisada, su popularidad se agrieta rápidamente y se teme que los adversarios vuelvan al poder.
La gestión del príncipe heredero de Arabia Saudita mucho está dando que hablar. Tranquiliza que se trate de una realidad tan ajena. ¿Y tan lejana?