“Ainda Estou Aqui” lidera la taquilla en Brasil y confronta al país con el trauma de la dictadura

SAO PAULO (AP) — Los dramas producidos en Brasil no suelen durar mucho en los cines locales. Sin embargo, casi dos meses después de su estreno, “Ainda Estou Aqui” ("Aún estoy aquí"), una película sobre una familia desgarrada por la dictadura militar que gobernó Brasil durante más de dos décadas, ha atraído a millones de espectadores en todo el país sudamericano.

El éxito de taquilla nacional de la película —con casi 3 millones de entradas vendidas, ocupaba el quinto lugar en la taquilla de 2024 a mediados de diciembre— se basa en su exploración de un trauma nacional ignorado durante mucho tiempo, pero resulta especialmente oportuno después de que Brasil se viera cerca de un colapso democrático hace poco.

Ambientada en la década de 1970 y basada en hechos reales, “Ainda Estou Aqui” cuenta la historia de los Paivas, una familia de clase alta en Río de Janeiro destrozada por la dictadura. Rubens Paiva, un excongresista de izquierda, fue detenido por militares en 1971 y nunca más se le volvió a ver. La historia se centra en su esposa, Eunice Paiva, y su búsqueda de justicia durante toda una vida.

La película fue nominada a un Globo de Oro a la mejor película en lengua extranjera y preseleccionada para el Oscar a mejor película internacional.

“Las comedias y otros temas tienen más probabilidades de convertirse en grandes éxitos, pero este (la dictadura) es un tema muy tabú para nosotros”, dijo la psicoanalista y escritora brasileña Vera Iaconelli, agregando que sintió una “sensación de urgencia” después de ver la película el mes pasado, aunque la dictadura terminó hace casi cuatro décadas.

Mientras la película se exhibía en todo Brasil, la Policía Federal desclasificó un informe que detallaba un complot de 2022 por parte de oficiales militares para realizar un golpe de Estado e impedir que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el cargo y mantener en el poder al ultraderechista y excapitán del ejército Jair Bolsonaro. Bolsonaro y sus aliados han negado cualquier participación en la realización o incitación de un golpe.

“Incluso si (el director) Walter Salles quisiera planificar el momento del lanzamiento con tanta precisión, no lo habría conseguido tan bien”, dijo Lucas Pedretti, historiador y sociólogo que ha abordado en su trabajo la memoria y las reparaciones después de la dictadura militar.

“La película juega un papel muy importante al decirnos: ‘Mira, esto es lo que habría pasado si el golpe planeado por Bolsonaro y sus oficiales militares hubiera tenido éxito'”.

Una reflexión aplazada

A diferencia de países como Argentina y Chile, que establecieron comisiones de la verdad y procesaron a exdictadores y sus secuaces, la transición de Brasil hacia la democracia estuvo marcada por una amplia amnistía a los oficiales militares.

Durante años, dijo Pedretti, los militares de Brasil promovieron la idea de que el silencio gubernamental era la mejor manera de enterrar el pasado.

No fue hasta 2011 que la entonces presidenta de Brasil, Dilma Rousseff —una exguerrillera que fue torturada durante la dictadura— estableció una comisión nacional de la verdad para investigar sus abusos.

El informe de la comisión de 2014 detalló relatos espeluznantes de tortura e identificó a los perpetradores de violaciones de derechos humanos, aunque ninguno fue encarcelado. Pero justo cuando comenzaba la revisión de la dictadura, surgieron llamadas al regreso a un gobierno militar en protestas callejeras contra revelaciones de corrupción.

Fue entonces cuando Marcelo Rubens Paiva, uno de los hijos de Rubens, decidió compartir la historia de su familia en su libro de 2015 “Ainda estou aqui”. El libro presentó a Eunice Paiva a un público más amplio, narrando su transformación de ama de casa a incansable defensora de su esposo desaparecido, y cómo crio a cinco hijos por sí sola mientras también cursaba una carrera de derecho.

En los años siguientes, las fuerzas de extrema derecha y antisistema ganaron cada vez más terreno. Bolsonaro —quien ha celebrado durante mucho tiempo el golpe y elogiado a los torturadores de la era de la dictadura— aprovecharía esa corriente para obtener una victoria presidencial en 2018.

Una memoria frágil

Ante el auge de la extrema derecha en Brasil, el cineasta Salles se dio cuenta de que la memoria del país sobre su dictadura era muy frágil. Dijo que vio la necesidad de que su país confrontara su trauma para evitar que la historia se repitiera.

“Ainda Estou Aqui” no es la primera película brasileña que explora la memoria de la dictadura, pero es la más popular. A diferencia de otras cintas sobre el tema que tienden a centrarse en disidentes y resistencia armada, Salles eligió enmarcar la suya como un drama familiar y en cómo la desaparición del patriarca de la familia trastornó vidas cotidianas.

Su clímax —¡alerta de spoiler!— llega 25 años después de la desaparición de Rubens, cuando Eunice finalmente recibe su certificado de defunción.

En diciembre, un mes después del estreno de la película, el gobierno brasileño permitió a las familias de las víctimas de la era de la dictadura obtener nuevos certificados de defunción que reconocen los asesinatos patrocinados por el estado.

“Es muy simbólico que esto esté sucediendo en medio de la repercusión internacional de ‘Ainda Estou Aqui’... para que los jóvenes puedan entender un poco cómo fue ese período”, dijo la ministra de Derechos Humanos de Brasil, Macaé Evaristo, durante el anuncio, calificándolo de un paso importante en el “proceso de sanación para la sociedad brasileña”.

Peticiones de justicia

El proceso de sanación sigue incompleto, ya que algunas fuerzas —una vez más— buscan evitar que aquellos que supuestamente buscaron sabotear la democracia rindan cuentas.

El 29 de noviembre, Bolsonaro instó a Lula y al Supremo Tribunal Federal a conceder una amnistía a los involucrados en el presunto complot golpista de 2022 y, junto con sus aliados, impulsó una propuesta de ley para perdonar a los participantes en el motín antidemocrático de 2023 que buscaba destituir a Lula y recordó a la insurrección del Capitolio en Estados Unidos.

“El golpe todavía está aquí. Todavía está en la mente de las personas, todavía está en la mente de los militares”, dijo Paulo Sergio Almeida, cineasta y fundador de Filme B, una compañía que monitorea el cine nacional de Brasil. “Pensamos que esto era cosa del pasado, pero no lo es. El pasado sigue presente en Brasil”.

Esta vez, muchos brasileños están pidiendo que se procese a los responsables del intento de golpe, con la creencia de que la justicia es esencial para la reconciliación nacional y el progreso futuro.

El 14 de diciembre, la policía arrestó al exministro de defensa y compañero de fórmula de Bolsonaro en 2022 en relación con investigaciones sobre el presunto complot golpista. Se convirtió en el primer general de cuatro estrellas arrestado por civiles desde el fin de la dictadura en 1985.

“Es una señal de que estamos avanzando como una democracia constitucional”, escribió ese día el senador de izquierda Randolfe Rodrigues en X. “Brasil todavía tiene un largo camino por recorrer como República, pero hoy es un día HISTÓRICO en este viaje”.

Los brasileños también han adoptado el grito de ”¡No a la amnistía!”, que se originó en las protestas callejeras después del motín de la capital de 2023 y aún se puede escuchar.

A principios de este mes, un juez del Supremo Tribunal Federal citó “Ainda Estou Aqui” para argumentar que la ley de amnistía de 1979 no debería aplicarse al delito de ocultar cuerpos.

“La desaparición de Rubens Paiva, cuyo cuerpo nunca fue encontrado ni enterrado, destaca el dolor duradero de miles de familias”, dijo el juez Flávio Dino.

Tocar la fibra sensible en Brasil fue precisamente la intención de Marcelo Rubens Paiva al adaptar su libro en una película.

“La película está provocando este debate, y llegó en el momento adecuado para que la gente reconozca que vivir bajo una dictadura ya no es aceptable”, dijo.

En una reciente velada en Sao Paulo, Juliana Patrícia, de 46 años, y su hija de 16 años, Ana Júlia, salieron de un cine entre lágrimas, conmovidas por “Ainda Estou Aqui”.

“Vimos todo el sufrimiento que Eunice soportó, con Rubens siendo asesinado y arrancado de su familia de una manera tan brutal”, dijo Patrícia. “Nos dejó aún más seguras de que la democracia debe respetarse y que, como brasileñas, debemos luchar más duro para asegurar que esto nunca vuelva a suceder en nuestro país”.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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