Alegatos finales en el juicio a un periodista de EEUU detenido en Rusia
El juicio a un periodista estadounidense detenido en Rusia, Evan Gershkovich, llega este viernes a los alegatos finales después de un proceso acelerado que allana el camino a una rápida condena, condición previa para un posible intercambio con Washington.
El reportero de 32 años fue arrestado durante un reportaje en Ekaterimburgo a finales de marzo de 2023 por presunto "espionaje", una acusación negada por él, por su periódico y por la Casa Blanca.
La audiencia empezará el viernes a las 10H30 (05H30 GMT) en un tribunal regional de esta ciudad en los Urales donde fue detenido.
Terminados los alegatos, la fiscalía debe presentar su solicitud de pena, que puede llegar hasta los 20 años de cárcel. El veredicto puede anunciarse inmediatamente o en una fecha posterior.
Corresponsal del diario económico The Wall Street Journal y experiodista de la AFP en Moscú, Gershkovich lleva detenido en Rusia casi 16 meses.
La audiencia del viernes es solo la tercera desde que el 26 de junio comenzó el juicio, celebrado a puerta cerrada.
La segunda sesión, prevista inicialmente en agosto, se avanzó al jueves a petición de la defensa y en ella el tribunal anunció que los alegatos finales tendrán lugar el viernes.
Normalmente, los procesos por acusaciones similares en Rusia se alargan varias semanas o incluso meses.
- Posible canje -
Estados Unidos ha considerado que el arresto tenía como objetivo forzar un posible canje de presos en plena tensión entre Moscú y Washington por el conflicto en Ucrania.
Pero la política de las autoridades rusas es no intercambiar prisioneros que no hayan sido condenados.
Rusia ha admitido negociar su liberación y su presidente, Vladimir Putin, evocó incluso el caso de Vadim Krasikov, encarcelado en Alemania por un asesinato encargado por los servicios especiales rusos.
Gershkovich es el primer periodista occidental en ser acusado de espionaje en Rusia desde la época soviética. Su arresto generó una ola de solidaridad en medios estadounidenses y europeos.
El reportero, hijo de inmigrantes que huyeron de la Unión Soviética hacia Estados Unidos, se instaló en Rusia en 2017.
La fiscalía lo acusa de haber recogido informaciones sensibles para la CIA sobre uno de los principales fabricantes de armas rusos, Uralvagonzavod, que produce los tanques T-90 usados en Ucrania.
A finales de junio, la Casa Blanca denunció que el juicio era una "farsa" e insistió en que el reportero "nunca había trabajado para el gobierno" estadounidense.
Poco después, un panel de expertos de Naciones Unidas declaró que su detención era arbitraria y solicitó su liberación sin demora.
En la primera jornada del proceso, el 26 de junio, el periodista apareció con la cabeza rapada y sonriente en la cabina de cristal reservada a los acusados.
Aunque no pudo hacer declaraciones, se dirigió con señales a las personas que conocía dentro de la sala.
Por ahora, solo puede comunicarse con su familia y allegados a través de cartas leídas y censuradas por la administración penitenciaria. En ellas dice que se mantiene con buen ánimo y se resigna a una condena.
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