Astrónomos escrutan una estrella que se comporta como ninguna otra

Por Will Dunham

WASHINGTON, 29 mayo (Reuters) - Los astrónomos han descubierto una estrella que se comporta como ninguna otra jamás observada y que emite una curiosa combinación de ondas de radio y rayos X, lo que la convierte en un miembro exótico de una clase de objetos celestes identificados por primera vez hace sólo tres años.

Se encuentra en la Vía Láctea, a unos 15.000 años-luz de la Tierra, en dirección a la constelación de Scutum, y emite destellos cada 44 minutos tanto en ondas de radio como en rayos X. Un año-luz es la distancia que recorre la luz en un año, 9,5 billones de km.

Según los investigadores, pertenece a una clase de objetos denominados "transitorios de radio de periodo largo", conocidos por sus brillantes estallidos de ondas de radio que aparecen cada pocos minutos o varias horas.

Se trata de un periodo mucho más largo que los rápidos pulsos de ondas de radio que suelen detectar los púlsares, un tipo de estrella de neutrones que gira a gran velocidad y que constituye el denso núcleo colapsado de una estrella masiva tras su muerte.

Los púlsares, vistos desde la Tierra, parecen parpadear en escalas de tiempo de milisegundos a segundos.

"Qué son estos objetos y cómo generan sus inusuales señales sigue siendo un misterio", afirma el astrónomo Ziteng Wang, de la Universidad de Curtin (Australia), autor principal del estudio publicado esta semana en la revista Nature.

En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron datos del observatorio orbital de rayos X Chandra de la NASA, del telescopio ASKAP de Australia y de otros telescopios.

Aunque la emisión de ondas de radio del objeto recién identificado es similar a la de otros aproximadamente 10 ejemplos conocidos de esta clase, es el único que emite rayos X, según la astrofísica y coautora del estudio Nanda Rea, del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona.

Los investigadores tienen algunas hipótesis sobre la naturaleza de esta estrella. Dijeron que podría ser un magnetar, una estrella de neutrones giratoria con un campo magnético extremo, o una enana blanca, una brasa estelar muy compacta, con una órbita cercana y rápida alrededor de una pequeña estrella compañera en lo que se denomina un sistema binario.

"Sin embargo, ninguna de ellas podría explicar todas las características observacionales que vimos", afirmó Wang.

Las estrellas con hasta ocho veces la masa de nuestro Sol parecen destinadas a acabar como una enana blanca.

Acaban quemando todo el hidrógeno que utilizan como combustible.

La gravedad hace que se colapsen y se desprendan de sus capas exteriores en una fase de "gigante roja", dejando tras de sí un núcleo compacto de aproximadamente el diámetro de la Tierra: la enana blanca.

Según los investigadores, las ondas de radio observadas podrían haber sido generadas por la interacción entre la enana blanca y la hipotética estrella compañera.

"El brillo radioeléctrico del objeto varía mucho. No observamos ninguna emisión de radio del objeto antes de noviembre de 2023. Y en febrero de 2024, vimos que se volvió extremadamente brillante". Menos de 30 objetos en el cielo han alcanzado tal brillo en ondas de radio.

"Sorprendentemente, al mismo tiempo, también detectamos pulsos de rayos X procedentes del objeto. Todavía podemos detectarlo en radio, pero mucho más débil", explicó Wang.

Wang afirmó que es emocionante observar un nuevo tipo de comportamiento de las estrellas.

"La detección de rayos X provino del telescopio espacial Chandra de la NASA. Fue un golpe de suerte. En realidad, el telescopio estaba apuntando a otra cosa, pero captó la fuente durante su 'loca' fase brillante. Una coincidencia así es muy, muy rara, como encontrar una aguja en un pajar", explica Wang. (Reportaje de Will Dunham; Editado en español por Juana Casas)

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