Camioneros de Ecuador protestan contra la inseguridad en las carreteras
Varias decenas de camiones y tráileres formaron el lunes un convoy que transitó por las afueras de la capital Quito, en protesta contra la inseguridad que se registra en las carreteras de Ecuador, asolado por la violencia del narcotráfico y el crimen organizado.
Con carteles con leyendas como "delincuente ya! No me mates, tengo familia", los camioneros ingresaron por el sur de la capital y circularon de forma pacífica por la Simón Bolívar, una vía rápida de la periferia oriental, con la intención primaria de acceder al centro de la ciudad.
En el trayecto, los conductores también ondearon banderas de Ecuador e hicieron sonar las bocinas de los automotores, constató la AFP.
El estratégico sector del transporte pesado reclama al gobierno que brinde seguridad para poder operar con presencia permanente de policías y militares en las carreteras debido a la creciente violencia en el país sudamericano.
Víctimas de robos y asesinatos en importantes vías de la sierra andina, la costa y la Amazonía, los transportistas formaron una caravana de más de un kilómetro para expresar sus reclamos y preocupación.
"La seguridad es el motor del progreso. Proteja a los que mueven al país", decía una pancarta frente a un pequeño camión que integró el convoy, el cual fue bloqueado por la policía en una de las entradas al centro colonial de Quito.
"¡No más muertes, no más robos! Transporte pesado en luto", señalaba el mismo cartel.
Tras recorrer unos 30 kilómetros, los transportistas se disolvieron sin entrar al centro ni bloquear las vías principales.
Unos 250.000 camiones y tráileres operan en Ecuador y sufren pérdidas de hasta 15 millones de dólares al mes debido al miedo a circular por la noche por ciertas carreteras, según la Federación Nacional de Transporte Pesado.
Ante una violenta arremetida criminal, en enero el país fue declarado en estado de conflicto armado interno por parte del gobierno, que desplegó a las Fuerzas Armadas.
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, considera a una veintena de organizaciones ilegales como terroristas y beligerantes, aliadas con carteles mexicanos y colombianos.
Las disputas por el poder entre las bandas derivaron en graves problemas de seguridad pública y violencia armada, con un incremento de la tasa de homicidios que pasó de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 a un récord de 47 en 2023.
El índice de muertes violentas entre enero y julio de este año es de casi 21%, pese al estado de excepción ordenado por el Ejecutivo en las provincias con más inseguridad.
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