Comercio: El riesgo de un cortocircuito político en la UE

Un caos creciente donde, en un salón de espejos, algunos soberanistas defienden a Ursula, mientras que grupos tradicionalmente proeuropeos parecen hablar desde la oposición.

El Pacto de Turnberry —o la ducha fría escocesa, según la interpretación— será objeto de debate y probablemente incluso de votación cuando los eurodiputados regresen a la Cámara tras las vacaciones de verano. Será un evento con un desenlace impredecible.

Socialistas, Liberales y Verdes han optado por atacar frontalmente los términos del acuerdo. Entre los euroescépticos, no todos han protestado. Algunos —como la Liga— atacan por razones de alianzas de gobierno. Otros atacan porque, al atacar el acuerdo arancelario, también estarían atacando al principal representante político de la mayoría soberanista, Donald Trump.

La líder de Berlaymont, que corre el riesgo de entrar en un callejón sin salida muy difícil este otoño, se ha visto atrapada en el medio.

La postura del Partido Popular da testimonio de la verguenza con la que se ha recibido en Europa el acuerdo con Estados Unidos. Su líder, Manfred Weber, ha aplaudido el pacto firmado en Escocia, pero no todos en el grupo comparten la misma opinión. Entre los alemanes, por ejemplo, se filtra cierto descontento, hábilmente disimulado en redes sociales y comunicados de prensa.

La actitud de los socialistas es diferente, según Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, "el acuerdo inculca la asimetría". "La UE es un gigante económico, pero políticamente irrelevante", fue el ataque de los liberales. "Pero ustedes apoyaron a Von der Leyen", observó Carlo Fidanza, del partido de Giorgia Meloni, dirigiéndose al Partido Demócrata, pero con palabras que también se aplican a otros partidos pro-UE.

La cuestión es que la votación que coronó a Ursula en julio de 2024 es ahora un lejano recuerdo, mientras que la centroizquierda europea ha ganado terreno creyendo que Von der Leyen está más atenta a las aportaciones de la derecha en muchos temas cruciales.

Esta afirmación es solo parcialmente cierta, dado que la presidenta de la Comisión no puede ni quiere formar una coalición con los Patriotas. El acuerdo con Trump, en este contexto, simplemente ha sacado a la luz lo que muchos en la UE temen: ya no existe una mayoría sólida, de ningún tipo, en el Parlamento Europeo. (ANSA).

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