Conteo temprano favorece la reelección del gobierno de Australia para un segundo mandato

MELBOURNE, Australia (AP) — Los primeros datos del conteo en las elecciones generales de Australia celebradas el sábado sugerían que el gobierno podría lograr la reelección para un segundo mandato.
Las proyecciones iniciales de la Comisión Electoral Australiana daban al gobernante Partido Laborista de centroizquierda 70 escaños, frente a los 24 de la coalición opositora conservadora, en una Cámara de Representantes con 150 diputados. Los partidos minoritarios no alineados y los candidatos independientes parecían tener opciones de sacar 13 representantes.
El ministro Jim Chalmers indicó que los primeros resultados apuntaban a una gran volatilidad y a diferentes contiendas en todo el país. El senador opositor James McGrath esperaba que el resultado fuera demasiado ajustado como para anunciarlo el sábado.
“No creo que sepamos definitivamente quién será el próximo primer ministro de este país esta noche y habrá una serie de escaños cuyos resultados no conoceremos esta semana o incluso la próxima”, declaró McGrath.
Tanto el primer ministro, Anthony Albanese, como el líder de la oposición, Peter Dutton, hablarán en las oficinas de campaña de sus partidos en Sydney y Brisbane, respectivamente, mientras la Comisión Electoral Australiana cuenta las boletas. Los candidatos suelen reconocer la derrota o reclamar la victoria el mismo día de las elecciones.
La política energética y la inflación han sido temas importantes durante la campaña y ambas partes coinciden en que el país enfrenta una crisis del costo de la vida.
El conservador Partido Liberal de Dutton culpa al despilfarro del gobierno de alimentar la inflación y aumentar las tasas de interés, y se ha comprometido a eliminar más de uno de cada cinco empleos en el sector público para reducir el gasto gubernamental.
Aunque ambos políticos sostienen que el país debería alcanzar la neutralidad en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050, Dutton defiende que depender más de la energía nuclear en lugar de renovables como la solar y la eólica supondría tener una electricidad menos cara.
El Partido Laborista ha apodado al líder de la oposición “DOGE-y Dutton” y acusó a su formación de imitar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y a su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés).
Los laboristas afirman que un gobierno de Dutton recortaría servicios para pagar sus ambiciones nucleares.
“Hemos visto el intento de implementar una política al estilo estadounidense aquí, de dividir y de enfrentar a los australianos entre sí, y creo que eso no es el estilo australiano”, dijo Albanese.
El primer ministro señaló además que, desde la llegada de su partido al poder en 2022, su gobierno mejoró la relación con China, lo que eliminó una serie de barreras comerciales —oficiales y no oficiales— que costaban a los exportadores australianos 20.000 millones de dólares australianos (13.000 millones de dólares) al año.
Dutton quiere convertirse en el primer líder que derroca un gobierno en su primer mandato desde 1931, cuando los australianos seguían sufriendo las consecuencias de la Gran Depresión.
Si Albanese gana, se convertirá en el primer primer ministro australiano que gana elecciones sucesivas en 21 años.
Las elecciones se celebran en un contexto que ambas tendencias políticas describen como una crisis del costo de la vida.
Foodbank Australia, la organización benéfica de ayuda alimentaria más grande de Australia, reportó que 3,4 millones de hogares en la nación de 27 millones de habitantes experimentaron inseguridad alimentaria el año pasado.
Esto supone que los australianos se saltaban comidas, comían menos o estaban preocupados por quedarse sin alimentos antes de poder permitirse comprar más.
El banco central redujo en febrero la tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual hasta el 4,1% como indicativo de que lo peor de los problemas financieros ha pasado. Se espera que vuelva a reducirse de nuevo en la próxima reunión de la junta de la institución el 20 de mayo debido a la incertidumbre económica internacional generada por las políticas arancelarias de Trump.
Ambas campañas se han enfocado en los cambios demográficos en el país: son los primeros comicios en los que los llamados “baby boomers” —nacidos entre el final de la Segunda Guerra Mundial y 1964—, son superados en número por electores más jóvenes.
Los dos partidos prometieron políticas para ayudar a los compradores a adquirir una primera vivienda en un mercado inmobiliario que es demasiado caro para muchos.
Al inicio de la campaña electoral, el Partido Laborista tenía una estrecha mayoría con 78 de los 151 escaños de la Cámara de Representantes, la cámara baja del país. El próximo parlamento contará con 150 diputados debido a redistribuciones.
Una caída de más de dos escaños podría obligar a los laboristas a intentar formar un gobierno en minoría con el apoyo de legisladores independientes.
Australia ha tenido gobiernos en minoría durante la Segunda Guerra Mundial y tras las elecciones de 2010.
La última vez que ninguno de los partidos obtuvo una mayoría, pasaron 17 días desde el cierre de las urnas hasta que los legisladores independientes clave anunciaron que apoyarían una administración laborista.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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