Crisis en Ecuador exige medidas más allá de la represión, dice expresidente Correa
La crisis de seguridad que sacude a Ecuador requiere la acción armada urgente pero exigirá acciones complementarias de largo plazo también en materia económica y de inteligencia, dijo este viernes a la AFP el expresidente ecuatoriano Rafael Correa.
"La acción de la fuerza pública es necesaria en estos momentos, frente a la urgencia. Pero obviamente no será suficiente", afirmó Correa, que preconiza "medidas permanentes de represión económica".
En la visión de Correa, la existencia de una economía dolarizada en Ecuador es "un incentivo" para los grupos armados irregulares que retaron el Estado ecuatoriano.
"Una economía dolarizada es un incentivo. Es más fácil lavar dinero y por eso hay que tener mucho más control y ser mucho más cuidadoso", expresó.
La solución de la crisis exigirá también mejoras en términos de inteligencia sobre los grupos de narcos, y coordinación con países vecinos, dijo.
El gobierno de Daniel Noboa declaró el martes el estado de "conflicto armado interno" y movilizó a las Fuerzas Armadas para hacer frente a grupos ilegales que desde hace varios días siembran pánico en las principales ciudades del país.
Correa expresó esta semana su "apoyo irrestricto" al gobierno de Noboa, su adversario político, y formuló un llamado a la unidad nacional en defensa de un Estado puesto contra las cuerdas por grupos aliados a narcotraficantes.
"Le han declarado la guerra al Estado y el Estado debe vencer. Todos debemos poner el hombro para que prevalezca el Estado, para que prevalezca el país", expresó este viernes.
Sin embargo, la expresión de respaldo y el llamado a la unidad fueron recibidos fríamente por el gobierno, apuntó Correa. "No creo que [el presidente Noboa] se dé cuenta de lo que estamos enfrentando", señaló.
Más de una veintena de bandas narco, integradas por unos 20.000 miembros, siembran el terror en el país desde el domingo en represalia por las políticas de mano dura del gobierno para doblegarlos.
Desde entonces los motines en las cárceles no ceden, 178 funcionarios de prisiones permanecen como rehenes en las penitenciarías y en las calles cada tanto estallan artefactos explosivos, arden vehículos y suenan disparos.
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