EEUU espera "profundizar vínculos" con El Salvador tras la toma de posesión de Bukele
El Gobierno de Estados Unidos ha celebrado este sábado la toma de posesión de Nayib Bukele en su segundo mandato como presidente de El Salvador y ha manifestado su voluntad de estrechar la cooperación entre ambos países.
"Estados Unidos extiende sus felicitaciones al presidente Nayib Bukele de la República de El Salvador por su toma de posesión hoy", ha expresado el secretario del Departamento de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un comunicado.
En el mismo escrito, Blinken ha trasladado al líder salvadoreño su disposición para "profundizar" (los) vínculos con El Salvador" y "trabajar juntos bajo la Estrategia de Causas Raíces de la Administración sobre buena gobernanza, seguridad ciudadana con debido proceso, prosperidad económica inclusiva y Derechos Humanos".
Así, desde el Departamento de Estado han manifestado también el deseo del Ejecutivo de EEUU de "continuar la asociación y colaboración en los años venideros" a fin de "construir un fututro mejor para todos los salvadoreños".
Nayib Bukele ha tomado este sábado posesión para un segundo mandato como presidente de El Salvador en una ceremonia frente al Palacio Nacional de San Salvador en la que se le ha impuesto la banda presidencial. Tras la jura del cargo ha pronunciado un discurso en el que ha comparado a las pandillas con un "cáncer" ahora erradicado. Tras el acto, Bukele había previsto tomar protesta constitucional en una sesión solemne convocada en la Asamblea Legislativa.
Bukele fue reelegido para el cargo en las elecciones del pasado 4 de febrero, bajo la bandera del partido Nuevas Ideas, tras lograr un 84,65 por ciento en el marco de la guerra contra las pandillas en el país, para la que él mismo impuso en marzo de 2022 un estado de excepción que continúa desde entonces, sin que haya visos de que termine.
El éxito de su estrategia de seguridad ha dado fruto en forma de unos 74.000 detenidos, el desmantelamiento de las pandillas e índices de homicidios de los más bajos de América Latina a través de la suspensión de derechos fundamentales, como el de expresión y organización.