Emergencia alimentaria se profundiza en barrios pobres de argentina

Por Lucila Sigal y Javier Corbalan
Buenos aires/salta, 1 oct (reuters) - a medida que la pobreza aumenta y un severo ajuste fiscal hace estragos, una emergencia alimentaria silenciosa se está desatando en los barrios pobres de argentina, con un aumento de la malnutrición y casos extraños de enfermedades oculares e incluso de escorbuto en niños, derivados de malas dietas.
Argentina, un país rico en recursos, no enfrenta la misma hambruna dramática de lugares como Sudán, pero años de recesión e inflación alta han dejado a más de la mitad de la población en la pobreza, incluidos casi siete de cada 10 niños.
Esto ha llevado a un aumento significativo de la inseguridad alimentaria y la malnutrición en los últimos años, que ahora se ven agravadas por una férrea campaña de austeridad impulsada por el presidente libertario Javier Milei, cuyo Gobierno ha recortado miles de millones de dólares en gastos como parte de un plan de “déficit cero” para enderezar una economía en crisis.
Datos oficiales difundidos la semana pasada mostraron que la pobreza alcanzó al 53% de los argentinos en el primer semestre del año desde cerca del 42% de fines de 2023. Alrededor del 18% de la población se encuentra en la indigencia, lo que significa que sus ingresos familiares no cubren el costo de la canasta básica de alimentos.
El Gobierno, que asumió en diciembre, ha reconocido una “emergencia alimentaria” que, si bien se ha gestado durante años, amenaza con socavar la política de recortes de Milei mientras los argentinos de a pie sufren, a pesar de que los inversores y los mercados celebran la eliminación de políticas de gasto estatal excesivo.
“Hay veces que no tenemos para darles de comer”, relató Silvina Rizo en referencia a sus tres hijos en un asentamiento de las afueras de la capital de la montañosa provincia de Salta.
En su casa con techo de chapa y paredes hechas con bolsas de plástico, Rizo contó que ahora cocina con leña porque no puede costear una garrafa de gas, mientras su hija menor a menudo le suplica entre lágrimas que se muden cuando el viento y la lluvia azotan.
“Cuando llueve, el barrio se inunda. Pero ¿a dónde voy a ir? No tengo a dónde ir con mis hijos. El alquiler es muy caro”, agregó.
Reuters habló con más de una docena de pediatras, expertos en nutrición, trabajadores de comedores comunitarios, agencias de ayuda, funcionarios y familias. Los médicos dijeron que están registrando un aumento de enfermedades vinculadas a deficiencias nutricionales, algunas que no se veían desde hace décadas.
Un informe de la ONU de este año reveló que la inseguridad alimentaria moderada a severa casi se duplicó en los últimos siete años, alcanzando al 36% de la población. Un millón y medio de niños se saltan una comida diaria y consumen menos alimentos nutritivos como carne y verduras, que se volvieron más costosos.
“Se están viendo casos de escorbuto, lesiones oculares por deficiencia de vitamina A, con lesiones en la córnea”, dijo Norma Piazza, pediatra especializada en nutrición y miembro dela Red de Pediatras contra el Hambre.
"Sabíamos que estas patologías estaban en Centroamérica,África, Asia, pero nunca habíamos visto aquí pacientes quetuvieran lesiones oculares por falta de vitamina A", agregó.
La médica contó que algunos niños son ingresados en loshospitales con problemas neurológicos y convulsiones, donde laúnica patología subyacente es la deficiencia de vitaminas comola B12, lo que indica un escaso consumo de carne.
El Gobierno dijo ser consciente del problema, heredado enparte de una larga crisis económica, y aumentó los pagos de laasignación universal por hijo y una tarjeta para alimentos, perootros recortes en programas asistenciales y una economía endeclive han tenido un enorme impacto.
"Frente a la emergencia alimentaria, nuestra prioridad esque las personas reciban asistencia mediante transferenciasdirectas, que les pongan dinero en el bolsillo", afirmó laSecretaría de Infancia, Adolescencia y Familia en comentariosescritos a Reuters.
El Gobierno señaló que la crisis económica está tocandofondo y aseguró que la situación mejorará. Estimaciones de laUniversidad Católica Argentina sugirieron que la pobreza alcanzósu punto máximo a principios de año y decreció desde entonces,aunque aún estaría por encima de la registrada a fines del 2023.
Si bien la inflación mensual está desacelerándose, el últimoaño fue del 236,7% interanual, una de las más altas del mundo,con un impacto directo en el bolsillo de los que menos tienen.
El portavoz presidencial dijo la semana pasada que los altosniveles de pobreza eran "horrorosos" y que el Gobierno estabahaciendo todo lo posible para revertir la situación, por la queculpa a décadas de mala gestión económica y gasto excesivo porparte de los partidos políticos tradicionales.
"se cortó totalmente la ayuda"
Milei, un economista recién llegado a la política, hizocampaña empuñando una motosierra como una forma cruda deilustrar sus planes para recortar el gasto y el tamaño delEstado. Muchos argentinos aún apoyan sus duras reformas, aunquesus índices de aprobación han comenzado a caer.
El Gobierno ha tomado medidas drásticas sobre los comedorescomunitarios, a los que critica por ineficientes o inclusofraudulentos, lo que ha suscitado críticas de grupos de ayuda yorganizaciones religiosas que afirman que éstos juegan un papelclave en asegurar la alimentación de los más necesitados. Muchoshan cerrado o han tenido que reducir la cantidad de comida.
El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidasexpresó este mes en un informe su preocupación por el aumento"alarmante" de la inseguridad alimentaria en Argentina en losúltimos años, citando el "impacto negativo en los niños" de losrecortes a los comedores.
"A partir de diciembre del año pasado, se cortó totalmentela ayuda del Gobierno nacional", dijo el sacerdote AdriánBennardis en Villa Soldati, un barrio pobre de la ciudad deBuenos Aires, y añadió que las comidas se estaban estirando concarbohidratos más económicos para alimentar a los vecinos.
"Para poder abarcar más cantidad de gente, bajás un poco yal guiso le agregás arroz, fideos", explicó Bennardis. "Meatraviesa el corazón saber que de cada 10 pibes (niños), sieteestán por debajo de la línea de pobreza (...) Y me duele quehaya una parte de la sociedad que no lo quiere ver", agregó.
La tendencia corre el riesgo de sembrar resentimiento en losbarrios pobres hacia el Gobierno de Milei y sus recortes, amenos que la situación mejore. Ángel Arce, de 32 años, estáenojado porque ha tenido que enviar a su hijo a vivir confamiliares, ya que no puede cuidarlo y alimentarlo.
"Con este presidente (Milei), se fue todo en picada. Lagente de clase baja ya no recibe nada, los comedores tampoco",dijo. "Tengo ganas de estar con mi nene y no puedo por el temade mi situación económica, no tengo un trabajo fijo", añadió.
Según datos de Chequeado, una ONG dedicada al ‘factchecking’, el presupuesto del Gobierno nacional para 2024destinado a políticas alimentarias cayó en términos reales un27,6% respecto de 2023.
Más arroz, menos carne
En un comedor de Villa Soldati, María Benítez Osorio, de 36años, dijo que la calidad de la comida que puede servir está"deteriorándose" debido a la mayor demanda y a la falta defondos. "Tenemos mucha gente en lista de espera", afirmó.
"Lo que tratamos es de servir más arroz y fideos, que es loque más tenemos. Carne y pollo, en general, es lo que menostenemos en el comedor", agregó mientras removía un gran guisoque servía a los vecinos en un frío día de la primavera austral.
En Villa Fiorito, el barrio pobre donde nació el astro delfútbol Diego Maradona en los suburbios de Buenos Aires, Cynthia,una mujer de 32 años que solo dio su nombre, sufrió unacombinación de desnutrición agravada por la falta de un riñón yun pulmón.
"Me falta comida, a veces hay, a veces no hay", dijo desdesu cama bajo un techo perforado de chapa donde el agua se filtracuando llueve, en una habitación que comparte con sus dos hijos,su madre y su hermana. "En el comedor nos decían: 'Podemos darcomida solo un día por semana'", agregó.
Las dietas pobres tienen consecuencias graves. La falta denutrientes como el zinc y ciertas vitaminas puede llevar aretrasos del crecimiento y a una mayor propensión aenfermedades. El consumo excesivo de carbohidratos económicosademás está vinculado a un aumento de la obesidad, que estácreciendo en Argentina.
"La calidad de la alimentación de nuestros niños pobres enArgentina obviamente se está deteriorando", afirmó SergioBritos, nutricionista y director del Centro de Estudios sobrePolíticas y Economía de la Alimentación (CEPEA).
Cerca del 10% de los niños menores de cinco años enArgentina están desnutridos, según Britos, una cifra que haaumentado en los últimos años al ritmo de la suba del precio delos alimentos.
Susana De Grandis, una pediatra especializada en nutricióninfantil de la provincia central de Córdoba, señaló que laaparición de enfermedades inusuales relacionadas con una malaalimentación son una "señal de advertencia" para el país,adelantándose a la próxima encuesta nacional sobre nutrición.
"El hecho de ver estas afecciones graves son mojones que unono puede ignorar", dijo al citar una situación "inédita" depobreza infantil en Argentina. "Hacía muchos años que no veíamosescorbuto. Casi te diría décadas. Es excepcional que uno veaenfermedades en Argentina que se relacionan con déficit devitaminas", concluyó.
(Reporte de Lucila Sigal. Reporte adicional de Javier Corbalán,Adam Jourdan y Nicolás Misculin. Editado por Adam Jourdan)