Funcionarios: 4 palestinos mueren por falta de oxígeno en hospital de Gaza tomado por Israel
RAFAH, Franja de Gaza (AP) — El asalto israelí al principal hospital del sur de Gaza desató el caos entre los cientos de doctores y pacientes en su interior y las autoridades sanitarias reportaron el viernes la muerte de cuatro enfermos en cuidados intensivos tras quedarse sin oxígeno. Los soldados estaban registrando el complejo, donde el ejército cree que podrían estar los restos de los rehenes secuestrados por Hamás.
La incursión se produjo luego de que las tropas sitiaron el hospital Nasser, en la ciudad sureña de Jan Yunis, durante casi una semana, en la que el personal, los pacientes y otros que se refugiaban en su interior hicieron frente al intenso fuego y a la escasez de suministros, incluyendo comida y agua. Horas antes de la toma del complejo el jueves, el fuego israelí mató a un enfermo e hirió a seis más en el interior, apuntó el personal.
Las negociaciones para un alto el fuego en Gaza parecen haberse estancado y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, rechazó el viernes la visión de Estados Unidos para después de la guerra, especialmente sus llamados a crear un estado palestino. Tras una conversación telefónica durante la noche con Joe Biden, Netanyahu dijo en X, antes Twitter, que Israel no aceptará “dictados internacionales respecto a un acuerdo permanente con los palestinos".
Si otros países reconocen unilateralmente un estado palestino, se daría “una recompensa al terrorismo”, agregó Netanyahu, quien ha rechazado repetidamente su creación.
Netanyahu ha prometido continuar la ofensiva en la Franja y ampliarla a la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto, hasta que Hamás sea destruida y las decenas de rehenes capturados en el ataque el insurgente del 7 de octubre sean liberados. En su conversación telefónica, Biden volvió a advertir al mandatario que no siga adelante con la operación militar en Rafah antes de trazar un “plan creíble y ejecutable” para garantizar al seguridad de los civiles palestinos, dijo la Casa Blanca.
Con la guerra sin dar visos de terminar, el riesgo de que se expanda aumentó tras el intercambio de disparos más letal entre el grupo insurgente libanés Hezbollah y el ejército israelí desde el inicio del conflicto en Gaza, Israel lanzó operaciones aéreas en el sur de Líbano por segundo día consecutivo el jueves tras matar a 10 civiles y a tres combatientes en la víspera en respuesta a un ataque con cohetes que mató a una soldado e hirió a varios más.
El hospital Nasser es el último de una serie de centros médicos gazatíes asediados y tomados durante la guerra. Israel alega que Hamás los utiliza con fines militares. Estos asaltos han destruido el sistema sanitario local, que intenta atender al flujo constante de heridos en los bombardeos diarios.
Soldados, tanques y francotiradores rodearon el hospital durante al menos una semana en la que, de acuerdo con funcionarios sanitarios, los alimentos, el agua y los suministros se han ido agotando y los disparos procedentes del exterior mataron a varias personas.
Los soldados entraron el complejo el jueves luego de que el ejército dijese tener “información creíble” de que Hamás podría tener a rehenes retenidos allí, así como los restos mortales de otros cautivos. Según el contraalmirante Daniel Hagari, el vocero del ejército, las tropas estaban llevando a cabo una operación “precisa y limitada” y no sacarían a pacientes o doctores por la fuerza-
Más tarde el jueves, el portavoz indicó que el registro del hospital continuaba y que se había arrestado a docenas de insurgentes en el recinto, incluyendo tres que participaron en el asalto del 7 de octubre. Además, se encontraron granadas y proyectiles de mortero, añadió, y un radar israelí determinó que desde allí se dispararon morteros hace un mes. Estas afirmaciones no pudieron verificarse de forma independiente.
Una rehén liberada contó a The Associated Press el mes pasado que ella y otras dos docenas de personas habían estado en el hospital Nasser.
El derecho internacional prohíbe atacar centros médicos, que podrían perder su protección si se utilizan con fines militares. Pero incluso en ese caso, Israel debe tomar precauciones y seguir los principios de proporcionalidad, indicó la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas, agregando que, “como potencia ocupante”, tiene el deber de mantener las instalaciones sanitarias.
Durante el cateo, los soldados ordenaron que los más de 460 empleados, pacientes y familiares que seguían allí se trasladasen a un edificio más antiguo del complejo que no está equipado para atender a los pacientes, indicó el Ministerio de Salud del enclave. Estaban “en duras condiciones, sin comida o leche de fórmula" para bebés lactantes, y con una grave escasez de agua, apuntó.
Cuatro personas ingresadas en la UCI murieron a primera hora del viernes debido a un corte de electricidad que interrumpió el suministro de oxígeno, de acuerdo con el ministerio. Antes advirtió que seis pacientes de esa misma unidad y tres bebés en incubadoras corrían peligro porque el combustible de los generadores estaba a punto de agotarse. “La ocupación israelí es responsable de las vidas de los pacientes y del personas ya que el complejo está bajo su pleno control”, añadió el ministerio.
Raed Abed, un paciente herido que estaba entre los que se marcharon del complejo el miércoles, dijo que tras el sitio no había comida ni agua. “Hay basura por todas partes. Las aguas residuales han inundado la sala de urgencias”.
Recuperándose todavía de una herida grave en el estómago, Abed contó que él y otros esperaron al aire libre durante horas ya que los soldados solo permitían salir en grupos de cinco, arrestando a algunos y obligando a otros a quedarse en ropa interior, añadió. Finalmente, caminó los kilómetros (millas) que separan Jan Yunis de Rafah, donde ingresó en un hospital. Allí, tendido en una cama, resoplaba de dolor por su herida mientras hablaba.
La guerra comenzó cuando los insurgentes de Hamás burlaron las férreas defensas israelíes el 7 de octubre e irrumpieron en varias comunidades matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a alrededor de 250 como rehenes. Más de 100 quedaron libres durante un alto el fuego de una semana en noviembre en un canje por 240 palestinos encarcelados por Israel. En Gaza quedan unos 130 rehenes, de los que se cree que alrededor de una cuarta parte han muerto.
Israel respondió al ataque insurgente lanzado una de las ofensivas aéreas y terrestres más letales y destructivas de la historia reciente.
Al menos 28.663 palestinos han muerto, en su mayoría mujeres y menores, y más de 68.000 resultaron heridos, de acuerdo con el conteo del Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre víctimas civiles y combatientes. Alrededor del 80% de los 2,3 millones de habitantes de la Franja se han visto obligados a abandonar sus hogares y la crisis humanitaria hace que más de un cuarto de la población no tenga qué comer. Grandes zonas del norte del enclave, el primer objetivo de la ofensiva, quedaron totalmente destruidas.
Los medios israelíes reportaron que el director de la CIA, William Burns, voló a Israel para discutir con Netanyahu los esfuerzos para una tregua.
Hamás ha seguido atacando a las fuerzas israelíes en todas las zonas de Gaza y dice que no entregará a más rehenes hasta que Israel ponga fin a su ofensiva y se retire del territorio. El grupo reclama además de la liberación de un gran número de palestinos, incluyendo comandantes de alto rango.
Netanyahu ha rechazado esas demandas calificándolas de “delirantes” y afirma que Israel ampliará pronto su ofensiva a la ciudad más septentrional del enclave, Rafah, en la frontera con Egipto. Más de la mitad de la población gazatí se ha refugiado allí.
Durante la noche, varios ataques aéreos sobre Rafah destruyeron viviendas y mataron a al menos 11 personas, indicaron las autoridades de salud.
___
Mroue informó desde Beirut, Líbano.