La malaria es la enfermedad más letal en África. Los recortes de Trump debilitan lucha en su contra
LA NACION
KAMPALA, Uganda (AP) — La temporada de malaria comienza este mes en gran parte de África. Ninguna enfermedad es más mortal en el continente, especialmente para los niños. Sin embargo, la decisión del gobierno de Donald Trump de cancelar el 90% de los contratos de ayuda exterior de la USAID ha llevado a las autoridades locales de salud locales a advertir sobre una catástrofe en algunas de las comunidades más pobres del mundo.
El doctor Jimmy Opigo, quien dirige el programa de control de malaria de Uganda, dijo a The Associated Press que tras las órdenes de suspensión de trabajo de la USAID emitidas a finales de enero, están “centrados en la preparación para desastres”. Estados Unidos es el principal financiador bilateral de los esfuerzos contra la malaria en África.
Los medicamentos antipalúdicos y las mosquiteras tratadas con insecticida para ayudar a controlar la enfermedad transmitida por mosquitos son “como nuestras compras básicas”, dijo Opigo. “Tiene que haber un suministro continuo”.
A medida que esos suministros disminuyen sin los contratos de Estados Unidos, espera que este año se produzca un aumento en los casos de malaria, que incluye problemas como el fallo orgánico. No hay cura. Las vacunas que se están implementando en partes de África son imperfectas, pero se espera que continúen en gran medida con el apoyo de una alianza global de vacunas.
La organización Malaria No More, con sede en Washington, afirma que nuevos modelos muestran que apenas un año de interrupción en la cadena de suministro de control de malaria supondría casi 15 millones de casos adicionales y 107.000 muertes adicionales a nivel mundial. Ha instado al gobierno de Trump a “reiniciar estos programas que salvan vidas antes de que los brotes se salgan de control”.
África, con 1.500 millones de habitantes, supuso el 95% de las aproximadamente 597.000 muertes por malaria en todo el mundo en 2023, según la Organización Mundial de la Salud.
Los trabajadores de salud en las tres naciones africanas más afectadas por la malaria —Nigeria, República Democrática del Congo y Uganda— describieron en efecto dominó de la desaparición de la mayor parte del apoyo del gobierno de Estados Unidos.
Estados Unidos ha proporcionado cientos de millones de dólares cada año a los tres países a través de la Iniciativa Presidencial contra la Malaria liderada por la USAID.
El financiamiento de Estados Unidos se ha canalizado a menudo a través de una red de organizaciones no gubernamentales, organizaciones benéficas médicas y organizaciones religiosas en proyectos que hicieron que la prevención y el tratamiento de la malaria fueran más accesibles, incluso gratuitos, especialmente para las comunidades rurales.
En 2023, Uganda tuvo 12,6 millones de casos de malaria y casi 16.000 muertos, muchos de ellos niños menores de cinco años y mujeres embarazadas, según la OMS.
Opigo dijo que Estados Unidos ha estado otorgando entre 30 y 35 millones de dólares anuales para el control de la malaria. No mencionó qué contratos han sido cancelados, pero señaló que la investigación de campo también se vio afectada.
Parte del financiamiento de la USAID en Uganda cubrió operaciones de fumigación de mosquitos en áreas remotas. Esas operaciones debían comenzar en febrero, antes de la temporada de lluvias, cuando el agua estancada se convierte en un criadero para el mosquito anófeles. Han sido suspendidas.
“Tenemos que fumigar las casas antes de las lluvias, cuando los mosquitos vienen a multiplicarse”, dijo Opigo.
Ya se pueden ver largas filas de pacientes con malaria ante las clínicas en muchas áreas cada año. La malaria representa entre el 30% y el 50% de las visitas ambulatorias a las instalaciones de salud en todo el país, según el Instituto Nacional de Salud Pública de Uganda.
Nigeria registra una cuarta parte de los casos de malaria en el mundo. Pero las autoridades han reducido las muertes relacionadas con la malaria allí en un 55% desde el año 2000 con el apoyo de Estados Unidos y otros.
Ese apoyo forma parte de los 600 millones de dólares en asistencia sanitaria que el país de África occidental recibió de Estados Unidos en 2023, según cifras de la embajada de Estados Unidos. No estaba claro en un primer momento si todo ese financiamiento ha cesado.
La Iniciativa Presidencial contra la Malaria ha apoyado la respuesta de Nigeria a la malaria con casi 164 millones de medicamentos de acción rápida, 83 millones de mosquiteras tratadas con insecticida, más de 100 millones de pruebas diagnósticas rápidas, 22 millones de tratamientos preventivos en el embarazo e insecticida para 121.000 hogares desde 2011, según la embajada.
En República Democrática del Congo, el financiamiento del gobierno de Estados Unidos ha contribuido con aproximadamente 650 millones de dólares al control de la malaria desde 2010.
Ahora, algunos de los éxitos en la lucha contra la malaria en República Democrática del Congo se ven amenazados, lo que complicará los esfuerzos ya difíciles para identificar y rastrear brotes de enfermedades en el extenso país, ya que los suministros y la experiencia para las pruebas de malaria se ven afectados.
El empeoramiento del conflicto en el este del país, donde algunos trabajadores de salud han huido, ha aumentado el riesgo de infección, con poco respaldo disponible.
Con la pérdida de un apoyo sustancial de Estados Unidos, “mucha gente se verá afectada. Algunas personas son realmente pobres y no pueden permitirse (el tratamiento de la malaria)”, dijo la doctora Yetunde Ayo-Oyalowo, una nigeriana que dirige la organización sin fines de lucro Market Doctors, que proporciona servicios de salud locales asequibles.
Hasta al 40% de los pacientes de su organización se le diagnostica con malaria, dijo Ayo-Oyalowo.
Hay esperanza entre los trabajadores de salud en África de que, incluso después del desmantelamiento de la USAID, parte del financiamiento de Estados Unidos continuará fluyendo a través de otros grupos, como el Fondo Global para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. Pero ese grupo también recibía apoyo de Estados Unidos y no ha emitido una declaración pública sobre los drásticos recortes en la ayuda estadounidense.
Opigo, en Uganda, dijo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y los Institutos Nacionales de Salud podrían ser fuentes de ayuda.
Sin embargo, señaló, “Necesitamos manejar la relación con Estados Unidos con mucho cuidado”.
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Asadu informó de Abuya, Nigeria. El periodista de AP Dan Ikpoyi en Lagos, Nigeria, contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
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