La ofensiva contra el alquiler vacacional en españa es un gran aliciente para los hoteles de lujo

Por Joan Faus y Corina Pons

Barcelona/santa cruz de tenerife, españa, 3 sep (reuters) - l as autoridades españolas fomentan la expansión de los hoteles de lujo mientras combaten el aumento del alquiler vacacional, que ha desencadenado protestas contra el turismo en lugares como barcelona o las islas canarias.

El sector hotelero se ha enfrentado a restricciones locales a la expansión, pero ahora se ve como un faro para el turismo de gama alta que las autoridades pretenden atraer.

España es el segundo país más visitado del mundo, después de Francia, y las estimaciones apuntan a un récord de unos 95 millones de visitantes este año, el doble de la población española.

La población local ha protagonizado protestas durante el verano boreal, culpando al auge de los alquileres vacacionales de corta duración del encarecimiento de la vivienda y de la saturación de las calles de la ciudad, lo que ha suscitado un espinoso debate sobre cómo limitar uno de los principales motores de la economía.

Barcelona, la ciudad española más visitada por extranjeros, y Tenerife, en las islas Canarias, anunciaron a principios de año una prohibición y normas más estrictas para los apartamentos turísticos, respectivamente, con el objetivo de reducir drásticamente la oferta.

Aunque Barcelona mantendrá su prohibición de construir nuevos hoteles en el centro, los establecimientos existentes podrán mejorar su clasificación, y apoyará un plan para abrir 5.000 nuevas plazas hoteleras en otras zonas, al tiempo que cerrará todos sus 10.000 apartamentos turísticos para 2028, según dijo a Reuters el alcalde Jaume Collboni.

"Sobre la demanda podemos hacer poco, donde sí podemos hacer y donde sí podemos actuar es sobre la oferta", dijo.

Para atraer mejor "turismo de calidad", quiere reducir la masificación y dar prioridad a los visitantes culturales y gastronómicos, así como a los congresos internacionales.

Según Collboni, los hoteles pueden garantizar la calidad y los derechos laborales mejor que los alquileres breves, que han reducido el acceso de la población local a la vivienda. En la última década, los alquileres subieron un 68% y el precio de la vivienda un 38%.

En Tenerife, las autoridades planean añadir 1.000 camas en nuevos hoteles de lujo cerca de una zona del concurrido sureste de la isla, que ya cuenta con la mayor concentración de hoteles de cinco estrellas de Europa.

El responsable local de turismo, Lope Afonso, dijo que quieren competir como un destino de calidad, no como uno de bajo precio.

Se calientan las inversiones

El momento parece propicio. Según un reciente estudio del grupo inmobiliario CBRE, España ha superado a Reino Unido como primer mercado europeo para la inversión hotelera, sobre todo de lujo. Madrid ocupa el segundo lugar y Barcelona el sexto entre las 10 principales ciudades europeas.

Los inversores también están comprando hoteles antiguos para convertirlos en hoteles de lujo y los establecimientos de cuatro y cinco estrellas subieron un 4,5% y un 2,5% interanual hasta julio en España. Los precios hoteleros subieron un 7,18% interanual en junio, por encima de la inflación y del aumento del año pasado.

"Los segmentos de lujo y 'lifestyle' (estilo de vida) tienen mucho potencial de crecimiento en España", afirmó Manuel Melenchon, director general de Hyatt Hotels para Europa, África y Oriente Próximo.

El grupo estadounidense aspira a tener "muchos más" de sus 50 hoteles actuales en España, dijo, en un momento de creciente llegada de turistas estadounidenses.

Este año se ha inaugurado un Grand Hyatt de cinco estrellas en Barcelona y a lo largo del año se abrirán dos hoteles en Mallorca y Tenerife.

"La apuesta por la calidad es una de las vías positivas y necesarias para cambiar el modelo turístico (de España)", dijo Gabriel Escarrer, consejero delegado de Meliá, el mayor grupo hotelero español, y añadió que Meliá seguirá apostando por el segmento de alta gama, que representa el 63% de su cartera y ha impulsado los ingresos.

En los últimos años, Madrid se ha posicionado como destino de lujo gracias a nuevos hoteles de cinco estrellas y el enfoque parece estar dando sus frutos: en julio, los turistas gastaron un promedio diario de 317 euros (350 dólares), muy por encima del promedio nacional de 195 euros y superior a los 220 euros de Cataluña.

El nuevo impulso de Barcelona para atraer a los turistas de alto poder adquisitivo también está dando sus frutos. Ocupó el segundo lugar en inversión hotelera en el período enero-junio, con un valor de 285 millones de euros, por detrás de Baleares, según CBRE. Los hoteles de cinco estrellas de Barcelona recibieron el 36% de los fondos, por encima del promedio de España del 30%.

¿apuesta arriesgada?

Aun así, la apuesta podría ser arriesgada porque la mayoría de los turistas suelen buscar vacaciones asequibles en España, en parte impulsados por una amplia oferta de vuelos de bajo coste. Y mientras la demanda de hoteles creció un 9,5% en enero-julio, la de apartamentos turísticos lo hizo un 27%.

La percepción también importa. Los manifestantes que en julio rociaron con pistolas de agua a los turistas en Barcelona y acapararon titulares en todo el mundo "no ayudan ni mucho menos a la apuesta por la calidad", se quejó Mateu Hernández, responsable del consorcio turístico de Barcelona.

Con motivo del inicio de la Copa América de vela en Barcelona el 22 de agosto, su empresa publicó anuncios a toda página en periódicos extranjeros en los que se describía Barcelona como "acogedora por naturaleza".

El acontecimiento representa la "oferta de alta calidad" que busca la ciudad en lugar de ser un destino popular para despedidas de soltero alcoholizadas, dijo.

Pero mucha gente cuestiona los beneficios de un turismo de alto nivel que tiende a encarecer los precios. El 7 de septiembre está prevista una concentración contra la "Copa de los ricos" y su impacto en la ciudad.

En Tenerife, Alfonso Boullón, que encabeza una protesta contra un proyecto hotelero junto a la playa, dijo que los ingresos siguen siendo bajos en las ciudades con hoteles de lujo y que el turismo no beneficia a los residentes.

(1 dólar = 0,9026 euros)

(Información de Joan Faus y Corina Pons; edición de Andrei Khalip; editado en español por Mireia Merino)