La peluquera emblema de la lucha del bolsonarismo por una amnistía en Brasil

Débora Rodrigues dos Santos pasó su vida en relativo anonimato: una peluquera y madre de dos niños en una pequeña ciudad de Brasil. Hoy se ha convertido en símbolo de un movimiento a favor de una amnistía para la asonada bolsonarista de 2023.
Amenazada con una condena a 14 años de cárcel por grafitear con labial rojo una estatua alegórica de la justicia frente a la corte suprema en Brasilia, Rodrigues, de 39 años, admitió entre lágrimas ante el tribunal que se arrepentía de esa acción, realizada en "el calor del momento".
El 8 de enero de 2023, ella estaba entre los miles de seguidores del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) que invadieron la emblemática plaza de los Tres Poderes, un asalto que ha sido comparado con el del Capitolio en Washington dos años antes.
Los asaltantes vandalizaron las sedes de la corte suprema, el Congreso y el palacio presidencial pidiendo una intervención militar para derrocar al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, una semana después de su investidura.
El caso de Rodrigues encapsula una discusión en la sociedad brasileña sobre qué representó el 8 de enero, quiénes deben pagar por ello y qué tan severas merecen ser las penas.
Según el juez de la corte suprema a cargo del juicio, Alexandre de Moraes, Rodrigues "estaba indiscutiblemente alineada con la dinámica criminal".
Enviada a prisión domiciliaria en marzo luego de haber pasado dos años encarcelada, Rodrigues ha encontrado un gran defensor en Bolsonaro, él mismo enfrentado a un juicio ante la corte suprema por una supuesta tentativa de golpe de Estado.
Según la fiscalía, la asonada en Brasilia era la "última esperanza" de una conspiración dirigida por Bolsonaro para mantenerse en el poder tras su derrota electoral frente a Lula en 2022.
- "Símbolo nacional" -
El expresidente considera "inhumana" la pena reservada para Rodrigues y tacha a Moraes de "psicópata".
La madre y la hermana de la mujer compartieron tribuna con Jair Bolsonaro durante una manifestación reciente en Sao Paulo. Varios participantes, incluyendo la ex primera dama Michelle, esgrimieron pintalabios rojos.
Rodrigues es un "símbolo nacional" que muestra "que los presos y exiliados políticos merecen la amnistía", según sus abogados.
Mientras la derecha la retrata como una esposa y madre inofensiva víctima de un castigo desproporcionado, para Humberto Costa, senador del Partido de los Trabajadores de Lula, esto es una "artimaña (...) para que a través de ella todos los otros líderes sean indultados", incluido el propio Bolsonaro.
El bolsonarismo "logra sacar un extracto de la realidad e intenta descontextualizar ese pequeño retrato, poniendo sus propios colores", sostiene Carolina Botelho, doctora en ciencias políticas e investigadora del Instituto de Neurociencia Social.
Acusada de los mismos delitos que Bolsonaro, incluidos los de abolición violenta del Estado democrático de Derecho, golpe de Estado y asociación criminal, Rodrigues espera el veredicto definitivo en un proceso virtual que acaba el 6 de mayo.
- "Asqueada" -
Antes de encaramarse sobre la escultura de más de tres metros que se levanta frente a la sede de la corte que ahora la juzga, Rodrigues, graduada en administración de empresas, trabajaba como peluquera desde hace 18 años en Paulínia, una ciudad de 115.000 habitantes en el estado de Sao Paulo (sureste).
Tras la derrota de Bolsonaro ante Lula en octubre de 2022, participó de manifestaciones frente a los cuarteles militares en la cercana ciudad de Campinas, dijo a la AFP un allegado.
Luego de la investidura de Lula, viajó a Brasilia en autobús, esperando, según ella, encontrar una "manifestación pacífica".
"Asqueada" y "traumatizada" por la experiencia, la mujer de largos cabellos rubios aseguró recientemente a la corte suprema que nunca se involucrará "en nada que esté relacionado con política".
Casi 500 personas han sido condenadas por su participación en los disturbios, de los cuales al menos 223 cumplen penas de 11 a 17 años de prisión.
En el Congreso, de mayoría conservadora, legisladores bolsonaristas impulsan un proyecto de amnistía para todos los señalados.
Una mayoría de los brasileños se opone a una amnistía, aunque esta cifra bajó de 62% a 56% desde diciembre, según una encuesta reciente de Datafolha.
Casi el 60% cree que las penas de hasta 17 años de cárcel son adecuadas o deben ser mayores.
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