La recuperación de la economía británica no supone un alivio a largo plazo para keir starmer
Por William Schomberg
LONDRES, 12 jul (Reuters) -
El nuevo Gobierno británico ha heredado una economía que está cobrando impulso, pero las recientes cifras de crecimiento, más fuertes de lo esperado, no significan que el primer ministro, Keir Starmer, y su equipo hayan encontrado una salida a su atolladero en materia de gasto público.
En los tres últimos meses transcurridos hasta mayo, el crecimiento económico fue el más fuerte en más de dos años, según informó el jueves la Oficina Nacional de Estadística.
Sólo en mayo, la economía creció un 0,4%, el doble de lo previsto en un sondeo de Reuters entre economistas, lo que refuerza los indicios de que la profunda recesión del año pasado está ya en el retrovisor.
"Hace dos meses la pregunta era si el crecimiento alcanzaría el 1,0% este año. Ahora es posible que alcance el 1,5%", dijo Philip Shaw, economista del banco Investec.
Desde la pandemia del COVID, la economía británica ha sido la segunda más débil del Grupo de los Siete, después de Alemania, lo que se suma al lastre que suponen unos ingresos que, ajustados a la inflación, han tenido dificultades para aumentar desde la crisis financiera de 2007-2009.
El lento crecimiento también está limitando la capacidad del nuevo Gobierno para ofrecer avances rápidos en la reparación del tenso sistema sanitario del país y otros servicios públicos, dada la promesa de Starmer a los votantes de no subir las principales formas de tributación.
Starmer afirma que conseguirá que Reino Unido recupere el ritmo de crecimiento del 2,5% de principios de la década de 2000 con una combinación de reformas del restrictivo sistema de planificación que ha frustrado la construcción de viviendas y nuevas infraestructuras, el apoyo a sectores estratégicos y la estabilidad política necesaria para atraer a los inversores.
Pero ese proceso se desarrollará a lo largo de los próximos años, dejando al Gobierno, de momento, a merced de las perspectivas económicas a corto plazo.
Esas perspectivas inmediatas parecen mejorar.
Mejora a corto plazo, problemas a largo plazo
Las previsiones oficiales que sustentan los planes fiscales y de gasto del último Gobierno conservador auguraban un crecimiento económico del 0,8% en 2024.
Considerada optimista cuando se hizo en marzo, la proyección para este año podría resultar demasiado conservadora a la luz de los últimos datos de crecimiento.
Goldman Sachs subió el jueves su previsión de crecimiento para 2024 del 1,1% al 1,2%.
James Smith, economista de ING, afirmó que la economía, probablemente, se ralentizará respecto a su ritmo actual en la segunda mitad de 2024, pero que el crecimiento seguirá siendo razonable.
Además, se espera que el Banco de Inglaterra empiece a recortar los tipos de interés en los próximos meses, lo que aliviará aún más la presión sobre muchos hogares tras la caída de la inflación hasta niveles normales.
Pero es probable que gran parte de la reciente recuperación sea un repunte a corto plazo del poder adquisitivo provocado por la caída de los precios de la energía, que se dispararon tras la invasión rusa de Ucrania.
Las esperanzas del Gobierno de conseguir más margen en el presupuesto para invertir en el maltrecho servicio sanitario británico o arreglar los muchos otros problemas del sector público residen en las previsiones a más largo plazo del organismo de control presupuestario del país.
La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés) publicará su próxima evaluación de las perspectivas de crecimiento de Reino Unido cuando la nueva ministra de Economía, Rachel Reeves, pronuncie su primer comunicado presupuestario, probablemente en octubre o noviembre.
Esas previsiones corren el riesgo de ser inferiores a las de marzo, ya que la economía se enfrenta a vientos en contra que van desde las persistentes presiones inflacionistas y la falta de suficientes trabajadores hasta el riesgo de una economía mundial más proteccionista.
"Sí, la economía tiene mejor aspecto ahora", dijo Smith, economista de ING. "Pero es más probable que las previsiones de crecimiento del OBR sufran revisiones a la baja y no al alza. Esencialmente, eso significa menos margen de maniobra". (Edición de Andrew Heavens; editado en español por Mireia Merino)