Los dirigentes del bce discrepan sobre el alcance del enfriamiento económico
Por Balazs Koranyi
FRÁNCFORT, 2 sep (Reuters) - Los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) están cada vez más en desacuerdo sobre las perspectivas de crecimiento, una división que podría dar forma al debate sobre la bajada de tipos durante meses, ya que algunos temen una recesión y otros se centran en las persistentes presiones inflacionistas, según fuentes cercanas al debate. El BCE recortó los tipos de interés en junio y es casi seguro que vuelva a hacerlo en septiembre, en un guiño a la ralentización del crecimiento de los precios. Sin embargo, es probable que las decisiones políticas más adelante sean más complicadas a medida que la economía de la zona euro entre en una situación más precaria, según sugieren las conversaciones con cerca de una docena de fuentes. El núcleo del debate gira en torno a la forma en que la debilidad del crecimiento económico y una posible recesión afectarán a la inflación -el objetivo último del banco- en su intento de reducir la inflación al 2% para finales de 2025.
Aunque gran parte del debate es privado, las conversaciones con fuentes con conocimiento directo del mismo revelan opiniones divergentes. Un portavoz del BCE no quiso hacer comentarios. Los partidarios de la relajación monetaria, que siguen siendo minoría, sostienen que la economía es más débil de lo que se pensaba, que aumentan los riesgos de recesión y que las empresas que han acumulado mano de obra están empezando a recortar las vacantes, lo que debilita el mercado laboral.
Una vez que el empleo disminuye, también lo hace la renta disponible, erosionando rápidamente el consumo y provocando una recesión que se refuerza a sí misma. "Esto debilitaría las presiones sobre los precios más rápidamente de lo que prevemos ahora, por lo que creo que el riesgo de volver a una inflación por debajo del objetivo es real", dijo una de las fuentes, que pidió no ser nombrada. Esto sugeriría que el banco central va con retraso en la reducción de los tipos de interés y la amortiguación de la economía, lo que respaldaría la idea de una reducción más rápida de los tipos de interés. Se prevé que la inflación, que bajó al 2,2% en agosto, vuelva a subir hacia finales de año y no alcance el 2% hasta finales de 2025.
¿RECESIÓN? Los conservadores, o partidarios del endurecimiento monetario, que han dominado el debate político desde el inicio de las rápidas subidas de tipos en 2022, sostienen que las cifras reales de crecimiento superan persistentemente los débiles resultados de las encuestas y que la economía se mantiene firme.
El consumo es robusto, el bloque acaba de disfrutar de una magnífica temporada turística y la construcción por fin está repuntando, por lo que el crecimiento sigue siendo respetable. Además, el crecimiento salarial se mantiene muy por encima de los niveles compatibles con un objetivo de inflación del 2%, por lo que los ingresos reales están repuntando rápidamente y deberían seguir aislando la economía. Aunque la industria se encuentra en un profundo declive y podría arrastrar a Alemania a una recesión, se trata más bien de una cuestión estructural que podría tardar años en resolverse, por lo que la política monetaria tiene poco que hacer, señalaron muchas de las fuentes. Todo ello aboga por recortes lentos de los tipos, quizá uno cada trimestre, hasta que el BCE tenga la certeza de que la inflación vuelve al 2%. También es probable que los halcones se opongan a cualquier relajación de la política monetaria que retrase hasta 2026 la fecha de cumplimiento del objetivo de inflación, ya que podría poner en peligro la credibilidad del BCE, según las fuentes. Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y destacada conservadora en política monetaria, sostiene que la preocupación por la inflación debe primar sobre el crecimiento. "La política monetaria debe seguir centrada en devolver la inflación a nuestro objetivo en el momento oportuno", dijo en un discurso el viernes. "Aunque los riesgos para el crecimiento han aumentado, todavía parece más probable un aterrizaje suave que una recesión".
OCTUBRE Las fuentes señalaron que es improbable que las desavenencias afecten a la decisión sobre política monetaria de septiembre, puesto que ya existe un consenso generalizado para recortar los tipos.
Pero podría afectar a la forma en que la presidenta del BCE, Christine Lagarde, comunique la decisión, modificando las expectativas para la reunión de octubre. Es improbable que el banco descarte su enfoque de "reunión por reunión" para fijar la política monetaria, por lo que no habrá ningún compromiso sobre octubre, pero quienes se inclinan por la relajación monetaria quieren que Lagarde destaque los riesgos de crecimiento y señale que no se excluyen recortes consecutivos.
Los que, por el contrario, se inclinan por una posición más restrictiva en términos de política monetaria, temen que este mensaje aumente demasiado las expectativas del mercado y ponga al BCE en un aprieto. Los inversores ya ven entre un 40% y un 50% de posibilidades de un recorte en octubre, y un mensaje tan abierto a la relajación no haría sino reforzar esas apuestas.
"Creo que los recortes trimestrales nos vienen bien y los datos no apoyan que se acelere el ritmo", dijo una tercera fuente. Aunque los gobernadores se pondrán de acuerdo sobre el texto del comunicado de política monetaria, Lagarde goza de cierta libertad a la hora de transmitir el mensaje y puede optar por hacer hincapié en determinados puntos.
Los economistas también parecen tener una visión dispar de las perspectivas, aunque la mayoría coincide en que distan mucho de ser halagüeñas.
"Aunque Estados Unidos evite la recesión, Europa podría no hacerlo", afirmó Thierry Wizman, estratega de Macquarie. Wizman argumentó que la débil demanda china de productos europeos agrava la ralentización, mientras que el posible impacto en la estabilidad política del ascenso de la extrema derecha en Francia y Alemania también podría pesar en el ánimo de los consumidores.
ABN Amro, por su parte, espera un crecimiento continuado, aunque escaso. "La recuperación económica de la zona euro se está encontrando con dificultades por cobrar impulso", dijo ABN. "La elevada tasa de ahorro sugiere que los consumidores están menos dispuestos a gastar las ganancias reales de ingresos, especialmente en Francia, Países Bajos y Alemania". (Información de Balazs Koranyi; edición de Toby Chopra; editado en español por Mireia Merino)