Pescadores y residentes de poblado costero en cuba instan al cuidado y protección de los manatíes
LA HABANA, 11 oct (Reuters) - Pescadores y vecinos del poblado costero de Santa Fé, en La Habana, están abogando por la protección de los manatíes, una especie de la fauna marina que está en una situación muy crítica, no solo en Cuba sino a nivel mundial, por su peligro de extinción.
Avistados en varias ciudades costeras de Cuba, el manatí antillano, como se denomina a la especie que llega a las naciones del Caribe, se distingue por ser un mamífero que vive en aguas poco profundas, estuarios -donde los ríos se unen con el mar- y en otras zonas tropicales.
"Miren lo que ha llegado aquí a la base de pesca", dijo asombrada Yanet Jorge Díaz, una residente de Santa Fé, al mostrar donde avistó el lento desplazamiento de un manatí.
Lejos de beneficiarle, su lentitud al desplazarse ha convertido a los manatíes en una especie fácil de capturar por pescadores clandestinos que buscan su carne por ser un manjar en las regiones donde habita. A este mamífero se lo puede encontrar en aguas tanto saladas como dulces, principalmente en desembocaduras de ríos.
Expertos consideran que los manatíes son verdaderas joyas de la biodiversidad marina. Tienen un promedio de vida de alrededor de 35 años y suelen alcanzar hasta los 1.500 kilogramos de peso y entre unos cuatro a seis metros de largo, según especialistas.
"A la vez que tú filmas un encuentro positivo con este tipo de especie que están en peligro, hay más probabilidades de que las personas no lo vean como un simple trozo de carne, sino como un animal maravilloso que hay que proteger, que no es agresivo (...)", dijo la bióloga y activista medioambiental Lorena González.
Los manatíes son herbívoros, pasan la mayor parte del día alimentándose y pueden llegar a comer hasta 50 kilogramos de vegetación diaria.
Aunque hace años hay una disminución de los avistamientos en el archipiélago cubano, hay localizadas zonas donde han sido observados con mayor frecuencia.
Por ejemplo, en la costa norte y sur de Pinar del Río, en la Isla de la Juventud, el norte de la provincia de Matanzas y Villa Clara, así como en la desembocadura del río Cauto y la bahía de Guantánamo, en el extremo oriental del país.
"Aquí no se toca eso (al referirse al manatí). A veces se pega al puente y se le echa un poco de agua, porque toma agua inclusive. Pero no es que sea un animal que a nosotros nos llame la atención como un animal agresivo. Aquí nadie le hace daño", señaló el pescador Carlos Castillo en el muelle de la base de pesca. (Reporte de Reuters TV. Escrito por Nelson Acosta, editado por Javier Leira REUTERS NAB JL/)
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