Polacos envían sopa a los migrantes hambrientos en la frontera con bielorrusia
Por Anita Kobylinska y Anna Koper
VARSOVIA, 18 nov (Reuters) - A Beata Zalewska-Stefaniak no le parecía bien estar cómodamente sentada en su casa de Varsovia mientras los inmigrantes pasan hambre en los gélidos bosques situados a unos 200 km al este, en la frontera de Polonia con Bielorrusia.
Así que decidió poner en marcha "Sopas para la frontera", una campaña para preparar miles de tarros de sopa casera, en lo que ella denomina en broma "catering forestal" para los migrantes.
"Es una iniciativa de base de gente como yo que era consciente de estar sentada en sus cálidos hogares y no poder hacer nada para ayudar", dijo Zalewska-Stefaniak, de 57 años, a Reuters.
Miles de inmigrantes, en su mayoría iraquíes, llevan semanas intentando cruzar la frontera con la Unión Europea, pero las fuerzas de seguridad polacas les han hecho retroceder. Se cree que una decena de personas han muerto.
Polonia y la UE acusan a Bielorrusia de animar a los inmigrantes a cruzar en venganza por las sanciones impuestas por la UE a Minsk por abusos de los derechos humanos, acusación que Minsk niega.
Los primeros 600 botes de sopa se prepararon y enviaron a finales de octubre desde Varsovia a la región de Podlaskie, cerca de la frontera.
Los voluntarios han distribuido ya unos 4.000 litros de sopa a los migrantes y a personas de organizaciones no gubernamentales (ONG) que intentan ayudarles.
Las sopas, elaboradas con remolacha, lentejas, calabacín y otros ingredientes, son preparadas por familias, scouts y otras personas.
El grupo de Facebook que ayuda a organizar la iniciativa ha crecido hasta llegar a más de 1.800 personas, aumentando la diversidad de los alimentos disponibles.
Al principio, todas las sopas eran vegetarianas, con el objetivo de que fueran fáciles de digerir pero que llenaran. Ahora los voluntarios también preparan pan recién horneado, platos de carne y almuerzos especiales para los niños pequeños.
Intentan respetar los requisitos dietéticos de los inmigrantes, en su mayoría musulmanes, por ejemplo, dejando la carne de cerdo fuera del menú, dijo Zalewska-Stefaniak, que trabaja como traductora de inglés y coach de mindfulness.
Dijo que quería demostrar que los polacos de a pie están dispuestos a ayudar, a pesar de las grandes diferencias culturales con los inmigrantes.
"Esto va más allá de la política, más allá de todas las divisiones. Hay que alimentar a los hambrientos, es un mensaje básico no sólo del cristianismo, sino de la humanidad", dijo Zalewska-Stefaniak. (Reporte de Anita Kobylinska, Anna Koper y Kuba Stezycki, Redacción de Anita Kobylinska, traducido por José Muñoz en la redacción de Gdansk. Editado por Javier Leira)