Premier húngaro Viktor Orbán promete ignorar orden de arresto internacional contra Netanyahu
BUDAPEST, Hungría (AP) — El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, arremetió el viernes contra la emisión de una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, diciendo que la desafiaría invitando al mandatario israelí a Hungría.
En comentarios a la radio estatal, Orbán acusó a la CPI de “interferir en un conflicto en curso con fines políticos”, diciendo que la decisión de emitir la orden para Netanyahu por su conducta en la guerra en la Franja de Gaza socavaba el derecho internacional y escalaba las tensiones.
La CPI, el tribunal superior de crímenes de guerra del mundo con sede en La Haya, emitió una orden de arresto el jueves para Netanyahu, así como para su exministro de defensa y el jefe militar de Hamás, acusándolos de crímenes contra la humanidad en conexión con la guerra de 13 meses en Gaza.
Las órdenes de arresto indicaban que había razones para creer que Netanyahu y el exministro de Defensa Yoav Gallant usaron “el hambre como método de guerra” al restringir la ayuda humanitaria y al apuntar intencionalmente a civiles en la campaña de Israel contra Hamás en Gaza —cargos que los funcionarios israelíes niegan.
En sus comentarios del viernes, Orbán, un cercano aliado de Netanyahu, calificó la orden de arresto de “descaradamente impudente” y “cínica”. Dijo que invitaría a Netanyahu a Hungría más tarde en el día y prometió ignorar la orden si se acepta la invitación.
“Desafiaremos esta decisión, y no tendrá consecuencias para él”, dijo Orbán.
Los países miembros de la CPI, como Hungría, están obligados a detener a los sospechosos que enfrentan una orden si pisan su territorio, pero el tribunal no tiene forma de hacer cumplir eso. El ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, anteriormente criticó la orden de la CPI como “absurda”.
La acción de la CPI llegó mientras el número de muertos por la campaña de Israel en Gaza superaba los 44.000, según autoridades sanitarias locales, quienes dicen que más de la mitad de los muertos eran mujeres y niños. Su conteo no diferencia entre civiles y combatientes.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.