"Al menos un muerto" en el bombardeo israelí de un depósito de alimentos de la ONU en Gaza
Un bombardeo israelí dejó el miércoles "al menos un muerto" en un depósito de alimentos de una agencia de la ONU en la Franja de Gaza, que aguarda la llegada de ayuda internacional para evitar una hambruna provocada por la guerra entre Israel y Hamás.
"Al menos un miembro del personal de la UNRWA [Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos] murió y 22 resultaron heridos en el bombardeo israelí de un centro de distribución de alimentos en el este de Rafah", en el extremo sur de ese territorio palestino, indicó la entidad en un comunicado.
El Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por el movimiento islamista Hamás desde 2007, indicó que cuatro personas murieron.
Por su parte, el ejército israelí anunció haber "eliminado a un terrorista" de Hamás en un ataque selectivo en Rafah. El hombre, Mohamad Abu Hasna, estaba entre los cuatro muertos mencionados por el ministerio palestino, que lo describió como un agente de la policía de Hamás encargado de la seguridad del depósito.
"El ataque de hoy contra uno de los pocos centros de distribución de la UNRWA que todavía funcionan en la Franja de Gaza se produce en momentos en que las provisiones escasean, el hambre se propaga y, en ciertas zonas, se convierte en hambruna", afirmó el director de la agencia, Philippe Lazzarini, citado en el comunicado.
La guerra entre Israel y Hamás, desencadenada por la letal incursión de comandos islamistas en el sur de Israel el 7 de octubre, ha dejado en Gaza más de 31.272 muertos, en su mayoría civiles, según el último balance del gobierno de Hamás.
Israel bloqueó además el territorio, de 362 km2, donde la ayuda entra a cuentagotas, y la ONU teme una "hambruna generalizada" entre los 2,4 millones de habitantes.
Sin tregua a la vista y con la ayuda humanitaria por vía terrestre controlada por Israel, varios países han buscado alternativas, por mar y aire.
- Un segundo barco preparado -
Un primer barco, operado por la oenegé española Open Arms, zarpó el martes con 200 toneladas de víveres del puerto chipriota de Lárnaca rumbo a Gaza.
La embarcación avanza a muy poca velocidad y el miércoles estaba a unos 260 km del territorio palestino, según la página web Vessel Finder.
Chipre, a unos 370 km de las costas de Gaza, anunció que otro barco estaba listo con un cargamento más importante.
Cuatro buques del ejército estadounidense zarparon de la costa este de Estados Unidos con un centenar de soldados y el equipo necesario para construir un muelle temporal y un embarcadero en Gaza para hacer llegar la ayuda humanitaria.
La ONG de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional consideró que esa iniciativa pone en evidencia "la debilidad de la comunidad internacional". Para Hamás, esta ayuda por mar es además insuficiente.
Siguiendo una iniciativa de Jordania, numerosos países, entre ellos Estados Unidos y Francia, se han sumado al lanzamiento de víveres y material médico por aire. Alemania anunció el miércoles que se unía a ellos.
Pero el envío por mar y aire no puede substituir la ayuda por vía terrestre, reitera la ONU.
"Cuando estudiamos formas alternativas de llevar ayuda, por mar o por aire, tenemos que recordar que tenemos que hacerlo porque la ruta terrestre habitual está cerrada. Cerrada artificialmente", dijo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
"Matar de hambre a la gente se está utilizando como arma de guerra", fustigó.
- Golpe a Hamás en Líbano -
Testigos reportaron bombardeos el miércoles en el sur de la Franja de Gaza y el gobierno de Hamás informó que 88 personas murieron en las últimas 24 horas.
Pese a las presiones internacionales, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se mantiene firme con su ofensiva contra Hamás, considerado como un grupo terrorista por Israel, la UE y Estados Unidos.
"Para ganar esta guerra, debemos destruir los batallones de Hamás que quedan en Rafah", donde se hacinan 1,5 millones de palestinos, reiteró.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, reiteró el miércoles que la protección de los civiles y de la ayuda humanitaria debe ser la prioridad "número uno" de Israel en Gaza.
Israel prometió "aniquilar" a Hamás tras el ataque del 7 de octubre, en el cual los comandos islamistas mataron a unas 1.160 personas, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Los comandos también secuestraron a unas 250 personas, 130 de las cuales siguen retenidas en Gaza, aunque Israel estima que 32 de ellas murieron.
La guerra en Gaza incrementó las tensiones entre Israel y Líbano, con frecuentes duelos de artillería entre el ejército israelí y el movimiento Hezbolá, apoyado por Irán y aliado de Hamás.
Hamás anunció el miércoles la muerte de un miembro de su brazo armado, Hadi Mustafa, en un bombardeo atribuido al ejército israelí en el sur de Líbano.
Otros dos presuntos miembros del movimiento islamista murieron en una incursión del ejército israelí en Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada.
El jefe de Hezbolá, Hasan Nasrallah, aseguró que "el ejército israelí está agotado (...) en el frente norte, en Cisjordania y en Gaza" y que "carece de efectivos" para lanzar una guerra contra Líbano.
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