RDC reclama sanciones contra Ruanda tras los últimos ataques contra campamentos de desplazados en Kivu Norte
El Gobierno de República Democrática del Congo (RDC) ha reclamado la imposición de sanciones contra Ruanda por su presunto papel en los ataques ejecutados durante el fin de semana contra varios campamentos de desplazados internos en el este del país, que ha tildado de "acto terrorista", y ha recalcado que "se reserva el derecho" a actuar.
"El Gobierno de RDC recalca que es urgente que la comunidad internacional imponga sanciones políticas y económicas para forzar a Ruanda a abandonar sus aventuras terroristas y mortales en territorio congoleño", ha dicho el Ministerio de Comunicación a través de un comunicado publicado en su cuenta en la red social Facebook.
Así, ha afirmado que los últimos ataques fueron llevados a cabo desde la localidad de Karuba, "bajo control del Ejército ruandés", en el marco de los combates entre el Ejército de RDC y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), respaldado por Kigali.
"El Gobierno de RDC condena con la máxima energía este acto terrorista, que ilustra la clara voluntad de Ruanda de continuar unos actos que constituyen crímenes de guerra", ha dicho, antes de denunciar que Kigali lleva a cabo "una guerra de agresión" y "rechaza toda iniciativa de arreglo del conflicto por la vía pacífica".
En este sentido, ha garantizado que las autoridades trabajarán para "proteger y salvaguardar" la integridad territorial del país y a su población, "especialmente a los desplazados", y ha anunciado "medidas urgentes" destinadas a "reforzar la seguridad" de estas personas y "recuperar los territorios bajo ocupación del Ejército ruandés".
"Nos reservamos una respuesta apropiada para los que atacan impunemente a las pacíficas poblaciones civiles, violando los derechos Humanos. Responderán también ante la justicia internacional", ha dicho, antes de pedir que Angola, que ejerce de mediador, actúe ante las últimas acciones en el marco del citado conflicto.
Las autoridades de RDC y Estados Unidos acusaron al M23 del ataque e implicaron incluso a Ruanda en lo sucedido, lo que desencadenó una airada respuesta desde Kigali, que se desentendió de los ataques, que dejaron más de una decena de fallecidos.
El M23 es un grupo rebelde formado principalmente por tutsis congoleños y que opera principalmente en la provincia de Kivu Norte. Tras un conflicto entre 2012 y 2013, RDC y el grupo firmaron en diciembre de ese año un acuerdo de paz. En dichos combates, el Ejército congoleño contó con apoyo de tropas de Naciones Unidas.
El grupo lanzó una nueva ofensiva en octubre de 2022, recrudecida a partir de noviembre, lo que provocó una crisis diplomática entre RDC y Ruanda por su papel en el conflicto y ha provocado preocupación en la región ante la posibilidad de que estalle un conflicto entre ambos países.