Ripoll, el banco de pruebas del ultranacionalismo catalán
Bajo el sol del mediodía, un animado grupo de ciclistas se hace fotos con Sílvia Orriols junto al Ayuntamiento de Ripoll. Vienen desde otro pueblo y han tenido suerte. Son admiradores de la alcaldesa ultranacionalista catalana de esta pequeña localidad...

Bajo el sol del mediodía, un animado grupo de ciclistas se hace fotos con Sílvia Orriols junto al Ayuntamiento de Ripoll. Vienen desde otro pueblo y han tenido suerte. Son admiradores de la alcaldesa ultranacionalista catalana de esta pequeña localidad española, donde nació su creciente formación islamófoba.
"Sílvia, ¡estamos contigo!", le lanza una de ellas a Orriols, que posa sonriente.
Hace un lustro, esta exempleada administrativa de 40 años era desconocida más allá de Ripoll, un tranquilo municipio de 10.700 habitantes que acaparó la atención internacional en 2017 porque aquí crecieron los autores de los atentados yihadistas, en su mayoría jóvenes de origen marroquí, que dejaron 16 muertos en Barcelona y Cambrils.
Seis años después de los atentados, Orriols conquistó el 30,7% de los votos en las elecciones municipales con la recién fundada Aliança Catalana, que alcanzó su primera alcaldía después de que la oposición no lograra un acuerdo para bloquear a los ultras.
"Nosotros no somos ni de extrema derecha, ni de izquierdas, ni de derechas. Somos nacionalistas catalanes", reivindica Orriols desde su despacho en el Ayuntamiento de este pueblo montañoso del Prepirineo, unos 100 kilómetros al norte de Barcelona.
Al año siguiente, Aliança Catalana lograba dos diputados en el Parlamento regional, apoyada en su discurso populista y crítico con la migración.
"Soy islamófoba desde la perspectiva de que a mí me da miedo el avance que está tomando el islam en nuestro continente y estoy aquí para intentar frenarlo", asegura firme Orriols, quien reconoce que sin la tragedia de 2017 no habría entrado en política.
El mensaje de esta madre de cinco hijos con nombres medievales catalanes, y muy activa en redes, ha calado en un sector de esta dinámica región en plena expansión demográfica, y con un 18% de población extranjera.
"Primero somos nosotros, los catalanes, los que hemos estado aquí toda la vida, nuestros padres y abuelos. Y si viene algún inmigrante y se puede integrar, perfecto", opina sobre su bicicleta Montse, tras fotografiarse con Orriols.
"Pero esta masa que estamos recibiendo me parece fatal, y no es asumible", agrega esta enfermera de 59 años que prefiere no dar su apellido.
Tensión
Desde su llegada al poder en 2023, Orriols ha encadenado polémicas. Sus opositores le acusan de dificultar el acceso al padrón de la población extranjera, de incrementar las sanciones a colectivos contrarios o de vetar el cartel elegido para la fiesta mayor porque incluía el dibujo de una mujer con velo.
"Se ha roto la convivencia. La gente tiene miedo", denuncia Carme Brugarola, activista intercultural y profesora de 62 años, multada por colgar las imágenes censuradas.
Hace unas semanas, el Ayuntamiento clausuró una cafetería marroquí por infracciones como, según aseguran, no permitir la entrada de mujeres.
"Es mentira", replica molesto Mohamed Srhiri, un cocinero marroquí de 50 años que lleva casi una década viviendo en Ripoll, donde residen unas 800 personas procedentes de este país.
"Es muy racista", asegura sobre Orriols, con quien la situación es "muy tensa".
"Nosotros no tenemos que pagar por lo que pasó", indica en referencia a los atentados, cuyas heridas siguen abiertas en el pueblo casi ocho años después.
"Mucha gente todavía no ha hecho el duelo y es una parte más de por qué Aliança Catalana está donde está", opina Brugarola.
- Crecimiento -
La tragedia no fue el único hecho destacado que vivió Cataluña en 2017, que concluyó con la crisis tras la tentativa independentista liderada por Carles Puigdemont.
Su fracaso dejó especialmente decepcionado a un sector extremo del secesionismo que, en pleno auge de la extrema derecha mundial, ve ahora en Aliança Catalana un proyecto ilusionante.
"Ha conseguido aunar a un cierto electorado, todavía minoritario pero que puede crecer, alrededor de una propuesta independentista, que ataca duramente a los demás partidos independentistas, considerándolos traidores y farsantes", explica Steven Forti, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del libro "Extrema derecha 2.0".
Aunque todavía muy lejos del poder, Aliança Catalana podría alcanzar 10 diputados en las próximas elecciones autonómicas, seduciendo principalmente a votantes de la formación conservadora de Puigdemont, según los sondeos.
"Es imposible decir cuál es el techo", señala Forti, destacando que Cataluña cuenta con dos fuerzas de extrema derecha -Aliança Catalana y la españolista Vox-, similares en muchos puntos pero antagonistas en el eje nacional.
Un crecimiento que asusta a Soukayna, una joven de 25 años que llegó de niña a Ripoll y que ahora preside la Asociación Juvenil Marroquí del Ripollès.
"Cada vez tiene más fuerza, llega a más gente, y lo que da más miedo es que llega a los jóvenes", resalta desde Barcelona en catalán, el idioma que siente suyo.
Preocupada por la creciente crispación en Ripoll, le gustaría conversar con Orriols, vecina de su barrio.
"Me encantaría hablar con ella personalmente, preguntarle muchas cosas, de dónde viene este odio", asegura.
rs/mdm/al/dbh
Otras noticias de España
- 1
Las Trillizas de Oro, entre flechazos, amores a la distancia y algunas tragedias
- 2
Cuánto gana el personal de la Gendarmería Nacional en julio de 2025
- 3
El insólito motivo por el que Francia y Alemania prohibieron la entrada a los uruguayos con pasaportes nuevos
- 4
Caso $LIBRA: Davis transfirió US$500.000 después de reunirse con Milei y más de 1 millón horas antes de lanzar el token