Diputados se concentra
A partir de un nuevo proyecto, esa Cámara legislativa reuniría áreas administrativas y de servicios en un edificio por construirse en adyacencias del Anexo A, en Bartolomé Mitre 1848
A partir de una iniciativa de su presidente, el doctor Eduardo Camaño, la Cámara de Diputados de la Nación encaró este año una profunda reestructuración de la planta edilicia para racionalizar su gasto operativo y mejorar la eficacia.
Se trata de concentrar una serie de áreas administrativas y de servicios que están ahora alojadas en once edificios propios y alquilados en el barrio de Congreso. Para acercarse a esa meta se pide una nueva estructura edilicia, por construirse en un terreno propio, en adyacencias del Anexo A de Riobamba y Rivadavia, el conocido edificio proyectado en los años 70 por Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona.
La selección se hizo mediante un Concurso de Ideas, en el que resultó ganador el equipo encabezado por el arquitecto Jorge Cortiñas e integrado por sus hijos Julián, Luciano y Eugenia, y por Roldan Jacoby como arquitecto asociado. El jurado, que se expidió a mediados de octubre último, estuvo compuesto por los arquitectos Miguel Baudizzone y Hugo Salama (profesores de la FADU), el ingeniero Eduardo Vilchez (director de Obras y Mantenimiento de la HCDN) y el arquitecto Julio Keselman, por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA). El jurado destacó también su interés por el proyecto presentado por el equipo encabezado por el arquitecto Daniel Silberfaden.
El arquitecto Jorge Cortiñas destacó la importancia que le asigna a esta misión, parte de una secuencia que comienza con el palacio diseñado en Meano (que fue insuficiente) y sigue con la propuesta del equipo de Solsona, que quedó incompleto en la idea de un gran basamento público. "Recogimos ese guante", dice Cortiñas.
Sus características
Un dato singular complicó aún más a los proyectistas, porque el basamento del predio está ocupado en sus dos tercios por construcciones existentes que deben conservarse hasta que el edificio esté terminado.
Sobre una superficie de aproximadamente 4600 metros cuadrados habrá oficinas administrativas en cinco plantas libres y flexibles, un jardín materno-infantil para hijos de empleadas administrativas de la institución (actualmente, en un edificio alejado), ampliación del estacionamiento y servicios generales.
El basamento abarca el subsuelo, la planta baja y el primer piso, que se destinará a galería de arte, además de ser el espacio de comunicación con los otros edificios. Sobre este basamento habrá cinco pisos de oficinas de planta libre con una superficie de 450 m2 cada una (15 x 30 m). La capacidad operativa del conjunto será de 280 puestos de trabajo.
Desde el comienzo, los autores detallan sus ideas básicas: primero, completar el proyecto del Anexo A, que se interpreta como idea inacabada. Así, las escalinatas que articulan la planta baja libre conducen a una terraza pública sin destino ni salida, lo que se agrava por las actuales circunstancias (manifestaciones prácticamente cotidianas), que llevaron a clausurar ese acceso.
El nuevo proyecto propicia la continuación de la actual terraza, como lugar de estar y patio de esculturas, con llegada a la calle Bartolomé Mitre. En la decisión del jurado se advierte que dos factores influyeron para el voto unánime. Por una parte, la gente de la Cámara juzgó que éste era el diseño que mejor cumplía con las demandas funcionales del programa. Por la otra, la gente de la FADU advirtió un enfoque singular en cuanto a las relaciones del nuevo edificio con el Anexo y el resto del entorno.
En charla con Jorge Cortiñas, se revela que la idea fuerte del proyecto ganador es la que sugiere al edificio como una pieza pensada en un decurso, inserta en el tiempo y con las puertas abiertas para nuevos desarrollos.
Puertas abiertas
"Con un planteo que sostiene el principio de un basamento público, más allá de las circunstancias actuales que lo hacen en cierto modo utópico, recogemos el guante que expresa la realidad (el proyecto original de Meano y el del equipo de Solsona) y pensamos que nuestra propuesta se irá modelando con el paso de los años, por lo que utilizamos la expresión de dejar las puertas abiertas", explica.
El sábado último, Cortiñas expresaba estas y otras ideas rodeado por un grupo de profesionales que trabaja febrilmente para completar la documentación técnica que, pasado mañana, concluye en el diseño estructural y el 20 de diciembre se entregará terminada.
Porque esta vez, como un contraste con relación a lo usual en materia de obras públicas, la idea es empezar la construcción en 2004 y terminarla en un año. Para eso existen reservas derivadas de ahorros que viene haciendo la Cámara desde hace tiempo, precisamente con miras a esta reestructuración.
Acerca de un túnel muy polémico
Cuando se supo de un proyecto (afectado a las obras de reestructuración de la planta edilicia de la Cámara de Diputados de la Nación) que proponía la construcción de un túnel que vinculara el palacio con el Anexo A, hubo críticas. Sin embargo, hay razones atendibles para su realización.
Con la actual situación de la avenida Rivadavia (rebautizada por algunos como manifestódromo), cuando un empleado del edificio central debe cruzar al Anexo o viceversa, el horario de su regreso pasa a ser incierto. Ya sea por las dificultades para atravesar la multitud o por la vocación turística del empleado se pierde mucho tiempo. A esta razón se añade otra tecnológica: la necesidad de vincular de manera segura y fluida las redes de servicios y comunicaciones entre los dos edificios. Si se contara con ese pasaje sería sencillo dotar al palacio de la energía proveniente del grupo electrógeno ubicado enfrente. De realizarse, el túnel se ubicaría a una profundidad de 6/7 metros y pasaría por debajo del conducto que sirve a la Línea A del subterráneo.
Licitación de la estructura
El nuevo edificio se ubicará en Bartolomé Mitre 1848, con una superficie total de 4600 m2. Se prevé la construcción de un basamento con subsuelo, planta baja y primer piso, y un volumen superior con cinco plantas de oficinas. Allí funcionarán las dependencias logísticas (servicios: técnicos, administrativos, contables, legales, auditorías y seguridad) y el jardín materno-infantil.
Según se informó, la obra se financiará en un 80 por ciento con el producto de la racionalización del gasto administrativo ejecutado por el presidente de la Cámara de Diputados. La estructura se licitará en diciembre y el resto, en enero y febrero próximos.
"Muy adecuado al país actual"
El arquitecto Justo Solsona obtuvo, en 1966, el 1° premio del Concurso Nacional para la ampliación de la Cámara de Diputados. Así surgió el proyecto para construir los 30.000 m2 del Anexo A, en Rivadavia y Riobamba. Pero el proyecto original sufrió los vaivenes políticos.
"La primera interrupción del proceso de documentación de las obras fue en 1966 --explica Solsona--, con la caída del gobierno de Illia por el golpe militar de Onganía. Hacia fines del período militar de Lanusse, entre 1972 y 1973, se lo retoma con vistas al retorno del sistema democrático.
"La segunda interrupción se produce --con las excavaciones de la obra en marcha--, al caer Isabel Perón. En este caso, las obras no se interrumpen, sino que desvinculan al estudio, reemplazándolo por el Comando de Ingenieros Militares del Ejército, que realiza las obras y modifica su arquitectura. Entonces sustituyen el ladrillo de vidrio por un típico courtain wall." Sobre el proyecto ganador para el Anexo C, Solsona lo juzga apropiado "porque compone la volumetría urbana para el área con la vinculación de las plantas bajas de los distintos edificios del Congreso, y establece una relación peatonal entre Rivadavia y Bartolomé Mitre, algo muy ponderable para ese sector de la ciudad. Ya es un milagro que se haga un proyecto para un edificio público. Se trata de un edificio moderno, en la escala de lo realizable en este momento del país". El arquitecto Justo Solsona pertenece al estudio Manteola/Sánchez Gómez/Santos/Solsona/Sallaberry (M/SG/S/S/S).
Opinión oficial: "Funcionalidad, ahorro, estética"
Consultado sobre el proyecto, el diputado Eduardo Camaño, su principal impulsor, derivó la inquietud al director de Obras y Mantenimiento de Diputados, el ingeniero Eduardo M. Vilchez. "La Cámara cuenta con un edificio en el que funciona un jardín materno-infantil para el personal, y con oficinas y despachos de legisladores y comisiones alquilados en edificios del barrio; también dispone de otros propios, con variedad de usos. Con el nuevo proyecto se pretende ganar funcionalidad y seguridad", explica Vilchez.
De modo que esas dependencias dispersas serían trasladadas, una vez concluida la obra, lo que circunscribiría el Anexo A para la actividad de legisladores, comisiones y sus reuniones, y bloques políticos.
"Para valorar el ahorro que supone habría que valuar la seguridad, la eficiencia y el fin de la dispersión de esfuerzos. Esto daría valores más importantes que los de la suma de la venta de propiedades, baja de alquileres y consumos de servicios públicos. Con esa economía se afrontaría el 80% del costo de la nueva obra", agrega. Y destaca el aporte del edificio para la ciudad: "Esta obra no es una expansión, sino una reubicación e integración de la Cámara. Las instituciones de la democracia no necesitan expandirse, sino consolidarse. Como aporte a la arquitectura, no es una obra faraónica, pero sí estéticamente cuidada, con prolija integración al medio, respetuosa de las ordenanzas del Gobierno de la Ciudad, que no agrede el entorno".