Las camaleónicas posibilidades del papel maché
"Soy una escultora de papel maché", dice la artista brasileña Miriam Rigout, que ganó este año el premio en la categoría de Objetos de la Feria Puro Diseño y abrió recientemente su espacio de arte en Palermo.
Desde 1996, Rigout se dedica a crear piezas grandes en papel maché, material que la entusiasma e inspira. "Lo encuentro maravilloso porque es camaleónico, puede tomar cualquier forma, no depende de grandes aparatos como hornos y es muy urbano", describe.
Además, para la artista paulista es importante el compromiso con la ecología y el papel maché le permite realizar una tarea de reciclado. Todos los días recibe papeles que otros tiran y los selecciona. Luego de un proceso artesanal, ella convierte lo que estaba destinado a la categoría de basura en su materia prima predilecta.
En cuanto a las formas, prefiere el círculo y, por tanto, las líneas curvas. "El círculo es una forma geométrica interesante y, al hacerlo cóncavo, si uno se acerca a la escultura siente una atracción, un calor. Dentro de esta forma exploro todas las posibilidades. Me interesan las texturas y la sensación visual: aquí son recortes, aquí son mosaicos, ahí tienen una textura diferente", explica Rigout mientras recorre las esculturas exhibidas en su flamante espacio de arte porteño.
También están las piezas con forma de cintas. Unas se doblan como tirabuzones, otras parecen recién de- senrolladas y otras forman nudos. Pueden exhibirse colgadas o apoyadas sobre el piso, y en ellas prevalece la idea de movimiento.
Más de una mirada
Es el primer año que la Feria Puro Diseño cuenta con expositores del exterior. El objetivo de Rigout era participar de una experiencia que le permitiera llevar sus piezas de arte a otro ámbito. Jamás pensó que resultarían premiadas, aunque en Brasil sus obras son consideradas por importantes diseñadores para sus ambientaciones.
Si bien la artista indica que siempre trabajó dentro del campo del arte y no del diseño, en ocasiones, la línea divisoria puede ser delgada y por eso su obra permite una mirada desde ambas disciplinas. De hecho, en la feria argentina evaluaron las piezas con parámetros del diseño como la innovación en el material aplicado al objeto terminado, el tratamiento del color, el ordenamiento de las piezas y la forma.
"No tengo objetivos preestablecidos cuando hago una escultura. Voy buscando la entrada de la luz, los cortes, el color; voy viendo cómo se transforma la pieza", explica. La iluminación tiene un rol importante, sobre todo en aquellas obras que presentan cortes, a través de los cuales se filtra la luz. Así se producen zonas con distintas intensidades lumínicas que inciden en la percepción del color y la textura.
Los tonos tierra predominan en el conjunto: marrón, ocre, anaranjado, rojo. También hay azul, negro y mucho blanco.
El espacio puede visitarse en Fitz Roy 1715, 1er. piso, Palermo, previa cita por el 4772-0250.