Reconstruirán parcialmente el palacio de los Hohenzollern en Berlín
Lo habían dañado durante la II Guerra Mundial y fue dinamitados por la extinta República Democrática Alemana. La puesta en valor de fachadas y los interiores nuevos se adjudicarían al arquitecto italiano Franco Stella
BERLIN (EFE). -La Audiencia Superior de Düsseldorf dio hoy luz verde a la reconstrucción del Palacio Real de los Hohenzollern en Berlín, que resultó parcialmente destruido en la II Guerra Mundial y cuyos restos fueron dinamitados por la extinta República Democrática Alemana en 1950.
Aunque el citado tribunal declaró formalmente nulo por un error informativo el contrato con el arquitecto italiano Franco Stella para la reconstrucción del edificio, señaló que la adjudicación del mismo había sido correcta y que sólo será necesario mejorar y corregir el documento contractual.
Contra la adjudicación del proyecto a Stella había presentado denuncia el alemán Hans Kollhof, arquitecto que había perdido el concurso público y puesto en duda el derecho del italiano y su estudio a participar en el proceso de selección.
El edificio de estilo barroco será reconstruido respetando únicamente sus fachadas exteriores y patios, aunque sus interiores tendrán nuevo diseño y podrán ser aprovechados para distintas funciones, todas culturales, como la de albergar varios museos.
La previsiones actuales son que el edificio, cuya reconstrucción tendrá un coste inicial de 550 millones de euros, pueda estar acabado en 2016, dos años más tarde de lo previsto debido a los retrasos acumulados.
El Berliner Stadtschloss, el palacio que ocuparon sucesivamente los príncipes de Brandeburgo, los reyes de Prusia y el emperador de Alemania, se encontraba situado en pleno corazón de Berlín, junto a la catedral de la ciudad y al borde del río Spree.
Su construcción se inició en 1443 por el príncipe Federico II de Brandeburgo "Diente de Hierro" y fue remodelado y ampliado a lo largo de los siglos por los distintos monarcas hasta que a mediados del siglo XIX alcanzó su forma definitiva en base a las reformas diseñadas por el arquitecto Karl Friedrich Schinkel.
Tras sufrir daños considerables por los bombardeos aliados durante la II Guerra Mundial, el jefe del Estado de la RDA, Walter Ulbricht, ordenó en 1950 su total destrucción como símbolo del absolutismo prusiano.
Dos décadas después, entre 1973 y 1976, las autoridades de la RDA construyeron en el solar el Palacio de la República, un moderno edificio de acero, cristal y hormigón para albergar el parlamento germano oriental, pero también salas de exposiciones, cafeterías y restaurantes, así como un gigantesco auditorio para congresos y conciertos.
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la reunificación de Alemania, las autoridades locales decidieron derribar también este último edificio, entre otros motivos por la elevada concentración de amianto que presentaba, desmantelamiento que se llevó a cabo entre 2006 y 2008.
En 2007 el Bundestag (parlamento federal) y la cámara regional de la ciudad-estado de Berlín aprobaron la reconstrucción del palacio en su forma exterior original para que el centro histórico de la capital alemana recupere su aspecto tradicional.