Llegó la segunda versión del exitoso automóvil de Renault, con una excelente relación precio-producto.
Totalmente renovado y con un aspecto más contemporáneo y atrevido, por fin se presentó en la Argentina el Clio 2 de Renault.
Este vehículo, que luchará en el segmento de los compactos chicos, que por efecto del plan Canje y la baja del poder adquisitivo se convirtió en el más disputado del mercado, llega a la Argentina después de dos años de su lanzamiento oficial en Europa.
La empresa del rombo decidió que en estos primeros meses el Clio 2 llegue desde Brasil hasta que comience la producción nacional (en la planta de Santa Isabel, Córdoba), hecho que ocurrirá en el tercer trimestre de este año.
De las pruebas realizadas por La Nación se desprende que el nuevo auto cuenta con varias virtudes interesantes con las cuales reemplazar a la exitosa primera generación. Entre ellas se pueden destacar el acertado diseño exterior, la mayor amplitud interior, mejor equipamiento de confort y seguridad, el mejor comportamiento logrado con el nuevo esquema de suspensión trasera, y la nueva y eficiente mecánica otorgada por el moderno motor K7M de 1.6 litro y 90 CV de potencia máxima.
Aspecto dinámico
Respecto de la versión anterior, a primera vista se nota en el diseño exterior la presencia de líneas redondeadas, que se aprecian en toda la carrocería, que le dan en una presencia más dinámica y con personalidad.
Adelante, los grandes faros trapezoidales, de buena luminosidad y que se extienden hacia el guardabarros, ponen marco a la nueva grilla, más amplia y redondeada.
Abajo, el paragolpes, más grande y pintado del color de la carrocería, integra la toma de aire doble y los faros antinieblas redondos, iguales a los del Mégane 2. Muy bien logrado, todo el conjunto exhibe una figura compacta y deportiva.
El sector trasero es el que más cambios presenta. Si bien se han rediseñado las ópticas, de gran dimensión con contorno catadióptico rojo, y un paragolpes más redondeado, la originalidad está dada por el portón trasero de doble curvatura, con perfiles combados en la luneta, que en su unión con la parte inferior del portón muestra un escalón curvado.
Gracias a las nuevas dimensiones (mayor largo, ancho y alto, con 64, 11 y 40 milímetros más, respectivamente) se logró un mejor espacio interior, sobre todo en las plazas traseras, donde hay buena área para las piernas de dos pasajeros, la tercera plaza es pequeña y algo incómoda por la curvatura del cojín.
Adelante, las nuevas butacas (sin regulación de altura) dan comodidad y buena sujeción. Gracias a la posibilidad de modificar la altura del volante, encontrar una buena posición de manejo se simplifica. Ubicados en el puesto de conducción se hallará un entorno agradable, con buena combinación de colores y luminoso, virtud que se manifiesta merced a sus amplias superficies vidriadas, que también contribuyen a la buena visibilidad.
Buen equipamiento
El equipamiento de confort y seguridad es muy bueno para este segmento. En el primer ítem se destaca el aire acondicionado, dirección asistida, autoestéreo con CD y comando satelital, regulación eléctrica de espejos exteriores, cierre centralizado (mando a distancia en la llave) y levantavidrios con one touch, aunque estos dos últimos elementos estén colocados alrededor del cenicero (atrás de la palanca de cambios), lo que reciente la ergonomía.
En el escalón de la seguridad, lo único criticable es la falta de ABS de serie (frena muy bien, aunque en las pruebas de panic stop hay que dosificar bien para evitar el bloqueo); luego cuenta con todos los elementos de última generación: doble airbag delantero, 4 cinturones inerciales con limitador de esfuerzo, barras de protección lateral en las 4 puertas, carrocería con refuerzos en la estructura y deformación programada, 4 apoyacabezas y tercera luz de stop elevada, entre otros elementos.
El sistema de suspensión reforzado para los caminos del Mercosur, tipo McPhearson delantero y semiindependiente trasera de brazos longitudinales, amortiguadores hidráulicos verticales y barra estabilizadora, tiene la dureza justa, lo que proporciona un eficiente comportamiento ciudadano y un notable gobierno en la ruta, en la que sólo en las curvas exigidas y a alta velocidad requirió alguna maniobra correctiva.
El funcionamiento del motor de 1.6 litro (el mismo que equipa al Mégane) es muy bueno. Entre las 2500 y 5000 vueltas, los 90 CV están siempre bien dispuestos a entregar la potencia que requiera el pie derecho. Un tanto rumoroso al subir las revoluciones, este moderno propulsor se muestra eficiente en sus aceleraciones y realmente económico, con un consumo promedio de 7.36 litros cada 100 kilómetros, lo que implica una autonomía de marcha cercana a los 680 kilómetros sin detenerse a cargar nafta.
El precio, con una notable relación producto-equipamiento, lo ubican como una más que interesante opción en su segmento. Bienvenido el Clio 2, bienvenida la competencia, ya que esto siempre significa mejoras y beneficios para los usuarios.