Es un sedán pero tiene un motor de un superdeportivo
Su aspecto puede llegar a engañar. Es que detrás de esas líneas elegantes y sobrias se esconde una verdadera máquina de tremendo poder; algo así como un lobo con piel de cordero. Así es el Mercedes-Benz AMG GT 63 S 4-Door Coupé, la versión sedán de estilo coupé del superdeportivo que obtuvo uno de los récords en el Infierno Verde de Nürburgring. De ahí que se pueda encontrar muchas coincidencias estéticas con el GT R y también que lleve muchos de los adelantos tecnológicos y la deportividad de de aquél. ¿Lo mejor? Tiene un propulsor V8 biturbo de 4 L que genera 635 CV y unos 91 kgm de torque asociado a la transmisión automática de doble embrague AMG Speedshift MC T 9G. Ese conjunto le permite alcanzar una velocidad máxima de 315 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 3,1 s.