Nuevo Volkswagen Fox. La renovación de un éxito
Profundo rediseño interior y mucho más equipamiento, además de cambios estéticos exteriores, modernizan este compacto que ganó desde su lanzamiento una buena franja de mercado
Renovarse es vivir , dice el refrán popular. Eso hizo Volkswagen con el Fox, producto que surgió en 2004 con cierta timidez respecto de su posicionamiento en el mercado. Sin embargo, el público lo aceptó de inmediato, instalándolo como una muy buena opción entre los compactos chicos.
El nuevo Fox mantiene el concepto funcional, la plataforma y la mecánica del anterior, pero incluye cambios estéticos exteriores y, en especial, una profunda revisión del diseño interior y el equipamiento, los puntos más criticados que tenía este modelo.
Una característica del nuevo Fox Trendline 5 puertas, probado por LA NACION, que se mantiene inalterable, es el gran espacio interior y la excelente habitabilidad, adelante y atrás para pasajeros adultos.
Esta versatilidad se manifiesta con numerosos portaobjetos (16), la facilidad para desplazar en forma longitudinal el asiento trasero, lo que permite variar el espacio para las piernas o aumentar la capacidad de carga del baúl, que varía entre 260 y 996 litros, pero con un formato que permite acomodar con holgura bolsos y otros objetos. El portón trasero es amplio y deja cargar elementos con facilidad.
Todo el diseño del instrumental, consolas, ubicación de los comandos y el volante (ahora multifunción, con comandos de audio y computadora) fueron renovados, otorgando al Fox mejor calidad de materiales, ergonomía y estética. Esto lo hace más moderno y apetecible para mayor cantidad de usuarios.
El tablero, típico de VW, tiene ahora dos grandes relojes analógicos (velocímetro y tacómetro), con dos más pequeños de temperatura y combustible, además del gran display central digital, que incluye hora, temperatura exterior, datos de la computadora I-System y los odómetros.
Las teclas alzacristales están en las puertas, mientras que la consola central aloja el completo equipo de audio con radio AM/FM, lectoras de CD/MP3 y tarjetas SD, además de puerto USB más conexión Bluetooth.
La posición de manejo es alta, por el diseño similar al de un monovolumen, pero muy cómoda y fácil de ajustar debido a que la butaca se regula en altura, mientras que el volante lo hace en altura y profundidad.
El equipamiento incluye regulación eléctrica de los espejos, cierre centralizado y aire acondicionado, entre otros elementos de confort. Con respecto a la seguridad, cuenta con airbags frontales y cinturones de tres puntos delanteros y traseros; los primeros ajustables en altura.
Motor confiable
En el exterior, la carrocería, las puertas y los guardabarros no han sido alterados, pero la nueva trompa, con ópticas mucho más felinas (de excelente capacidad de iluminación), renovada parrilla y toma de aire inferior, que ponen al Fox a tono con otros modelos de la marca, también dio lugar a un nuevo capot.
Los paragolpes son nuevos. Más voluminosos, le confieren un aspecto más musculoso a todo el diseño. El delantero incluye las luces antiniebla y los traseros, ojos de gato reflectantes en los extremos.
El alerón en que remata el techo (incluye la tercera luz de stop) y las nuevas llantas de aleación de 15 pulgadas realzan el espíritu juvenil que siempre caracterizó al Fox.
Toda la gama Fox está equipada con un único motor, el viejo y conocido cuatro cilindros en línea de los VW Gol, Suran y otros, como en el caso del Fox, con modificaciones en la electrónica, que entrega una potencia máxima de 101 CV a 5250 rpm y un par motor de 14,6 kgm a sólo 2500 vueltas.
Este torque a tan bajo régimen da vida a una excelente aceleración en las tres marchas más bajas de la caja de cambios MQ-200 (con relaciones cortas), lo que se traduce en un ágil andar urbano, el hábitat que mejor le sienta al Fox.
La reacción en alta, con marchas más largas (4a. y 5a.), es más perezosa (14,32 seg, de 80 a 120 km/h en 4a.), pero sin desentonar con el concepto general del Fox. Eso sí, a alto régimen el motor es bastante ruidoso. El consumo, aunque este motor tiene sus años y sólo cuenta con dos válvulas por cilindro, está acorde con su cilindrada de 1.6 litros.
La falta de una motorización diésel limita la gama Fox, pero considerando las preferencias actuales de los usuarios, quizás esa ausencia no se extrañe demasiado.
El comportamiento dinámico es otro aspecto favorable del nuevo Fox, gracias a un ajustado compromiso entre el confort de marcha y la rigidez necesaria para doblar correctamente. La estabilidad direccional (en línea recta) se ve algo afectada por el viento debido a la gran superficie lateral de la carrocería. Frena correctamente, aunque no deslumbra en este aspecto. Sólo la versión Highline cuenta con ABS.
El precio del VW Fox Trendline 5 puertas, que se fabrica en Brasil, es de 68.760 pesos. Parece justo en función de lo que ofrece. La garantía es de dos años o 100.000 kilómetros, lo que se cumpla primero. Esto es norma en los productos de Volkswagen desde principios de año.
El Volkswagen Fox original fue el primer automóvil de la marca alemana desarrollado bajo el concepto Designed around the passenger (algo así como Diseñado alrededor del pasajero ), que señala una búsqueda acertada de espacio, habitabilidad y características funcionales para los ocupantes.
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