El mejor basquetbolista argentino de la historia confiesa que cuando elige un vehículo busca la comodidad y que disfruta de realizar grandes travesías a bordo junto con su familia o amigos

Referente indiscutido del básquet nacional y mundial, Emanuel Manu Ginóbili, visitó la fábrica Santa Isabel donde se produce la pickup Renault Alaskan, modelo del que es embajador desde hace un año cuando fue lanzada al mercado. Durante la recorrida, se tomó un tiempo para conversar con LA NACIÓN.
“Visité la planta y conocí muchas personas de diferentes entornos, trabajos y aspectos; la verdad es que estuvo buenísimo, porque uno escucha hablar de la fábrica de Santa Isabel desde que nació porque aquí se han fabricado muchos autos icónicos de nuestro país”, comenzó.
Relató que en 1980 su familia venía creciendo y que su papá decidió comprar una rural Renault 12 Break roja: “Yo tenía tres años y ese auto era un sueño tanto para mí como para la movilidad de todo el equipo de básquet en el que jugaba (risas). De 1980 a 1992 pasé 12 años de mi vida en ese auto. Nos juntábamos en el club y subíamos, uno adelante otro atrás, otro al costado, otro en la parte de atrás… éramos 10. Significó mucho en mi crecimiento y el momento que me apasioné por el básquet fue yendo de cancha en cancha tirado atrás en el break y con un montón de compañeros, viviendo experiencias y con la alegría de ir a una cancha y volver con la frustración de la derrota o con la alegría de la victoria”.
Y destacó que “hoy voy con mis hijos en la Alaskan y ellos va a acordarse de la misma manera, ahora con cinturones de seguridad que antes no eran tan usados y van a acordarse de cuando tenían 10 años en Monte y trepábamos por los médanos o cruzábamos un arroyo. Por eso, el auto siempre termina siendo una parte muy importante de tu vida, sobre todo si lo tenés por mucho tiempo”.
Recordó a un tío con el que cada año iban el Día del Trabajador a comer un asado en el campo: “Él tenía un Torino y yo le pedía a gritos que me llevara, porque le metía a 200 km/h en la ruta, y yo con mis 10 años estaba fascinado. Con él veía las carreras de Fórmula 1 indefectiblemente porque en casa sólo consumíamos básquet”.

Dijo que una de las características que busca en un auto es que le ofrezca comodidad: “La Alaskan me gusta porqué es alta. Cuando vengo a la Argentina de vacaciones paso mucho tiempo en el balneario y cuando se llena me voy más lejos y puedo bajar por los médanos o cruzar por la desembocadura del Sauce Grande; es un placer y a los chicos les encanta. Montes tiene muchas calles empedradas y de arena y las pasa muy bien. Además, con tres nenes en la playa la cantidad de cosas que llevamos es enorme y las metemos ahí atrás en la caja”.
Relató que recientemente se fue de campamento con sus compañeros de secundaria y que durmió en la caja de la pickup: “Pasé una noche ahí, estuvimos en la playa a 20 kilómetros de Monte Hermoso, en la nada misma. Médanos, un asadito y nos quedamos a dormir. Nunca armé una carpa en mi vida, así que me llevé un colchoncito y obviamente abrí la puerta porque las piernas no me entran y le puse la capota por si llovía. Fue genial mi carpa”.
Sus momentos de soledad elegidos los tiene en el auto cuando va hacia Austin, deja sus hijos en el colegio o yendo hacia cancha. Ahí escucha información y temas de tecnología y deportes mediante podcast.
En 2019 estuvo en Austin en la F1 y comentó: “Fue hermoso vivirlo de adentro y ver la cantidad de piezas que se movían para que el piloto y el auto estén al mango. En todo deporte tenemos un momento de relax, de bajar las pulsaciones y re equilibrar pensamientos, expectativas y todo eso. Y no puedo entender cómo en la F1 el piloto está todo el tiempo en esa intensidad y concentración. No sé cómo funcionará y me gustaría saberlo. Saber cómo lo vive un piloto, si termina completamente agotado o si termina siendo un enfermo que está atento al minuto, al detalle todo el tiempo; lo admiro mucho”.
También recordó a Diego Armando Maradona y contó: “Conmigo mostró una generosidad casi irracional porque le gustaba mucho la NBA y San Antonio Spurs. Cada vez que tuve un contacto con él fue muchísimo más generoso de lo normal, tengo una deuda de gratitud con Diego muy adentro y eso lo tengo clarísimo. Verlo festejando en su momento con mi camiseta es para rememorarlo y volver a agradecerle; fue un personaje divino. Me hubiese gustado tener una charla menos publica, porque Diego siempre una persona de la que escuchar grandes anécdotas y aprendizajes”.
Finalmente, Ginóbili destacó: “Me siento identificado con los valores de Renault, me vinieron a buscar por eso y no por los cuatro anillos que obtuve y más estando retirado. No me vino a buscar exclusivamente por los logros sino por una conducta y valores en mi carrera. No me voy a identificar con empresas con las cuales no creo en su producto, los valores o en su forma de ser”.
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