Modelo, músico y fotógrafo, asegura que le encanta aventurarse fuera de las rutas, por lo que prefiere los SUV con capacidad off-road
Matías Camisani no solo es un reconocido modelo argentino que desde hace más de 20 años deslumbra en las pasarelas nacionales e internacionales, sino que además es guitarrista, fotógrafo y cultor de una vida saludable. Respecto de su relación con los autos, afirma que manejar le ha permitido conocer lugares únicos y disfrutar de grandes momentos con su familia.
"Aprendí a manejar en un Citroën 3 CV de mi madre. Era menor de edad todavía e íbamos al campo y ahí como no había ningún riesgo practicaba. Ella me lo prestaba e iba y venía y la verdad es que me resultaba muy difícil. Pienso que quien aprendió a manejar en este tipo de vehículo puede conducir cualquier cosa", dice Camisani entre risas.
Su primer auto fue un Volkswagen Gol: "Lo compré con mi dinero y la verdad es que me respondió siempre bien. Viví fuera de la Argentina y viajo constantemente. He tenido y alquilado muchos autos. Además, con una familia grande como la que tengo viajamos mucho, así que estoy acostumbrado a manejar cualquier cosa".
Agrega que le gusta manejar y mucho: "Por ejemplo, he ido y vuelto manejando desde Tilcara con mis hijos, porque esa es una manera de conocer y de vivir cada lugar. Otro lugar que conocimos tan bien y recuerdo siempre es México. Disfruté muchísimo. Hicimos 5000 km viajando en familia por ese país durante 30 días y me encantó, porque si no hubiera sido de esa manera, en auto y manejando por las rutas, hubiera sido muy diferente. Lo hicimos con una camioneta grande con la que nos metimos por la arena y nos permitió llegar a lugares y disfrutar paisajes únicos".
En cuanto a la seguridad, dice que "después de haber sido padre empecé a ser mucho más consciente no solo de la seguridad de mis hijos sino de la propia, y así soy una persona muy responsable manejando; uso siempre y hago usar el cinturón, no tomo alcohol y no ando muy rápido, esto que de joven no me importaba nada lo cambié mucho y para bien".
Afirma que si hay un vehículo que nunca logró cautivarlo, es la moto: "Aunque no soy enemigo de ellas, siento que no son para mí. Vivo a 50 km de Buenos Aires y estoy todo el día yendo y viniendo y he visto los peores accidentes que tienen como protagonistas siempre, a un motociclista. No quisiera que ninguno de mis hijos se subiera a una moto; será una elección de ellos, pero preferiría que no lo fueran a hacer".
Respecto de sus habilidades al volante, asegura que ya las ha transmitido: "Le enseñé a manejar a mi hijo mayor que tiene 18 años y aprendió muy bien". Y destaca: "Noto que los jóvenes tienen mucho reflejo, porque están todo el día con los jueguitos. Creo que eso es interesante para analizar".
Manifiesta que en su vida ha podido manejar cientos de vehículos, pero que siente tener más control con la caja manual: "Es por estar más acostumbrado a ese tipo de transmisión. En mi casa ha habido de los dos tipos y me resulta indistinto ni me complica manejar una o la otra, pero prefiero pasar los cambios". Y si el vehículo sufre un daño se da cuenta si son "las cosas básicas", pero de ahí a meterle mano al motor, "más que ponerle aceite, líquido de frenos y aire a los neumáticos no toco nada".
En su auto siempre lleva agua, anteojos y música de todo tipo. "Como músico, toco la guitarra y el sitar; por consiguiente, me gusta mucho la música india, siempre la tengo en el auto y la escucho permanentemente".
Camisani se declara fanático de las camionetas: "Me gustan. No me imagino teniendo un auto que no sea una camioneta, por ejemplo, la nueva Volkswagen Touareg. Sin embargo, actualmente, tengo una Jeep Cherokee Sport 1998 de la cual soy único dueño (risas). Es que para mí un vehículo debe brindar seguridad y me interesa mucho que sea fuerte y eso tiene la Cherokee. Tengo otro auto, pero la camioneta es la que uso todos los días".
Finalmente, el músico afirma que le gusta el tipo de vehículos que le permita hacer lo que le gusta: "Soy una persona que disfruta manejar por diferentes superficies, me encanta meterme en la arena, andar en la nieve y debo saber que siempre el vehículo me va a responder, va a hacerme sentir confiado para seguir adelante. Así, como mi Cherokee que, si se rompe, sigue andando igual", finaliza.