El concept fue desarrollado por el fallecido creativo de Louis Vuitton y Gorden Wagener y tiene detalles increíbles
A fines del año último, apenas una semana después del fallecimiento del famoso diseñador norteamericano Virgil Abloh (director de la división hombres de Louis Vuitton), Mercedes-Benz dio a conocer el último trabajo en el que el creativo de la moda estuvo trabajando junto al director de diseño de la estrella, Gorden Wagener. Se trataba del Project Maybach Virgil Abloh Off-roader, una coupé biplaza todoterreno y ciento por ciento eléctrica, que es un ejercicio que buscaba “conceptualizar el futuro de los viajes eléctricos a la naturaleza”.
Como está basado en la edición limitada del Maybach-Virgil Abloh de 150 unidades, sigue las mismas líneas de ese exclusivísimo modelo: tiene casi 6 metros de largo; es bien bajo; las líneas son rectas y los bordes afilados; la bicromía en beige y negro se aplica tanto al exterior como al interior; todas las luces son circulares pero con cortes y llevan dentro el logo de Maybach, etcétera.
Pero al tratarse de una versión aventurera, agrega dos juegos de luces buscahuellas (uno en la parte baja de la parrilla, el otro sobre el techo), estribos en los laterales, barras de techo, un paragolpes trasero estilo rally, un protector de metal debajo de la parrilla y enormes ruedas All Terrain, entre otros. Pero lo más llamativo es el capot: es de material transparente y ahí se aloja un conjunto de paneles solares que permite ir recargando las baterías para ofrecerle mayor autonomía.
El interior, que parece estar hecho como una jaula de los coches de carrera, tiene algunos detalles únicos que están dados no solo por la enorme pantalla que se pliega dentro del torpedo, sino porque ofrece una caja de herramientas que se esconde en la consola, un hacha protegida por una “ventana de emergencia” ubicada en el parante de la puerta, un compás estilo marino para guiarse y más.
Las butacas tienen forma de media maleta y los asientos están hechos de rodillos para ofrecer una mayor comodidad. Además, se convierten en cama (al estilo de un asiento de primera clase de una aerolínea) y pueden eyectarse (como un avión de combate) en caso de emergencia. O sea, se puede usar como una carpa para pasar la noche al aire libre.
En definitiva, una perfecta síntesis de cómo conjugar los viajes fuera de pista con el lujo.