Patriot, un modelo con verdaderos genes de Jeep
Líneas cuadradas, parrilla clásica, faros redondos y potencia para animarse a los caminos fuera de ruta
Sin duda, el enorme éxito de los vehículos 4x4 hizo que, tanto en la Argentina como en el resto del mundo, un número cada vez mayor de usuarios dejara sus automóviles para subirse definitivamente a un sport utility.
Frente a esa tendencia, la mayoría de las marcas incorporaron modelos que combinan la tracción integral y el confort de un auto, y convirtieron los rústicos 4x4 en modelos confortables y deseados.
¿Qué hizo entonces una marcha como Jeep, sinónimo de 4x4? Diseñó productos que sin perder su esencia, que permite viajar con seguridad fuera del asfalto, son más amigables para el uso ciudadano.
Al Jeep Compass, lanzado en la Argentina hace ya tiempo, un SUV liviano y ciudadano, se sumó el Patriot, que, aunque comparte la misma mecánica, tiene un diseño más emparentado con el ya legendario Cherokee.
El Compass, más allá de su confiabilidad mecánica, se había alejado de la tradición. Sus líneas redondeadas, más modernas, sirvieron para conquistar nuevos usuarios, pero alejaron a los puristas.
El Patriot viene a cumplir ese objetivo; no está pensado para el offroad extremo, como el Wrangler o el Cherokee, pero recupera lo que muchos esperan de una marca legendaria.
Diseño más anguloso; parrilla tradicional con los siete calados, y las ópticas redondas son el mejor documento de identidad para saber que es un verdadero Jeep.
En nuestro país se comercializa la versión Sport, equipada con un motor naftero 2.4 de 170 CV y caja manual de cinco marchas.
En el momento de la marcha fuera de ruta, ofrece un sistema de tracción integral on demand , es decir que de manera automática envía más tracción al eje que lo necesita.
Aunque no tiene reductora (algo común en los 4x4 urbanos), el conductor tiene la posibilidad de bloquear el diferencial central para distribuir la tracción en partes iguales entre ambos ejes, lo que sumado a una buena relación de peso y potencia (1520 kg/170CV) permite sortear sin problemas terrenos bastante complicados.
Manejamos en ruta, donde sorprende por su firmeza y aplomo aun en las curvas, ayudado por el control de estabilidad y el sistema de mitigación electrónica de rolido, que previene vuelcos.
También nos atrevimos a los médanos, donde a pesar de no tener reductora se movió con soltura y sin complicaciones.
Respecto de la seguridad, tiene ABS, airbags frontales y de cortina, asistencia para arranque en pendientes, entre otros elementos que se suman a un muy buen confort.
El Patriot es, en definitiva, una excelente propuesta para quienes buscan un modelo confortable en ruta, muy confiable fuera del asfalto y a un precio lógico.
Además, claro, es un Jeep, con todo lo que eso significa.
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