A falta de pan, buenas son las tortas, dice un viejo refrán. Como las dos unidades Forester que correrán en el Dakar estaban en la etapa final de revisión y armado (pieza por pieza) los integrantes del equipo Subaru Elaion, YPF e Indumotora Argentina invitaron a los que se atrevieran a una experiencia excepcional: ser copiloto de Gabriel Pozzo en un Subaru Impreza con preparación Grupo N4, similar al que el piloto cordobés utilizó para ganar el Rally Gran Premio de Unquillo, última fecha del Campeonato Argentino de Rally.
La pista era un veloz trazado serrano, cerca de Villa General Belgrano, con varios saltos, curvas, contracurvas y mucha tierra suelta. Ideal para ir de costado y a los saltos. En pocas palabras, una excelente muestra de un típico especial del Rally de Argentina, además de una buena expresión del manejo off-road a fondo.
Con la caperuza y el casco puesto, entrar entre los caños de la jaula antivuelco no es sencillo. Después viene el ritual de abrocharse y ajustarse el cinturón de cinco puntos que lo deja a uno firmemente amarrado a la butaca de competición.
El puesto del navegante está más abajo y retrasado que el del conductor. Así, el copiloto, que va enfrascado en la lectura de la hoja de ruta, tiene una visión limitada hacia delante.
A ritmo de carrera, Pozzo comenzó a desandar el camino, con diestros volantazos, toques a la palanca del freno de mano para cruzar el Impreza en las curvas y sin aflojarle un gramo de peso al acelerador. A priori, uno no espera que alguien conduzca tan rápido, con tanta tranquilidad y haga ir al auto a una velocidad insospechada en un camino angosto, lleno de piedras y tierra suelta, y con bajadas y trepadas pronunciadas. La ida y la vuelta pasó como un santiamén. Tanto, que uno se queda con ganas de otra vuelta.
Los saltos son fascinantes. Durante milésimas de segundo todo queda literalmente suspendido en el aire y en silencio. El duro golpe contra el piso, absorbido por las suspensiones, nos devuelve al vértigo.
Gabriel Pozzo tiene 30 años. Debutó en 1997 y fue campeón de la Copa del Mundo de Rally Grupo N en 2001. Este año disputó su primer Dakar con un Mitsubishi Montero.
Su compañero es el japonés Yoshio Ikemachi, nacido en Kobe, en 1971. Tiene una amplia experiencia en las competencias de raid. En 1994 empezó a correr en motos y en 1997 participó en su primer Dakar. En 2003 pasó a la categoría Autos y fue ganador de la clase T1 en 2004. En 2007 fue piloto del equipo oficial Mitsubishi Ralliart, uno de los más ganadores en la historia del Dakar.
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