Un vehículo ecológico
Buscar alternativas para proteger el medio ambiente es la meta que se proponen las grandes marcas para minimizar la contaminación en el próximo milenio. En ese sentido, Renault se lanzó de lleno a la creación de un vehículo eléctrico alimentado por batería de combustible.
El producto de este desarrollo es el concept Fever, un prototipo realizado sobre la base de un Renault Laguna Nevada. El proceso comenzó en 1994, con la intención de lograr un rodado de gran autonomía con emisiones de gases mínimas.
Para eso, se asoció a las empresas De Nora, de Italia; Volvo, de Suecia; la Escuela de Minería de París, y Air Liquide, también de Francia. Por otra parte, el proyecto obtuvo el apoyo de la Comisión Europea.
El Fever es un vehículo de propulsión eléctrica, cuya energía se produce a bordo gracias a una batería alimentada con hidrógeno. Los ocho kilogramos necesarios para obtener 400 kilómetros de autonomía se almacenan en forma líquida a 253ºC bajo cero en un cilindro criogénico.
Al entrar en contacto con el oxígeno del ambiente se produce una reacción electroquímica que genera la corriente eléctrica que mueve al rodado. El auto sólo elimina agua (hidrógeno más oxígeno), por ende no contamina el ambiente.
Las 135 células fotoeléctricas de la batería desarrollan una potencia de 40 CV, con una tensión de 90 vatios. Un transformador eleva esa tensión a 250 vatios, lo que eleva el rendimiento de la fuente en un 92 por ciento.
Se trata tan sólo de un primer paso hacia el automóvil eléctrico de serie, pero los técnicos de Renault rescatan varias experiencias. En principio, la batería de combustible habría demostrado ser una solución más que interesante para reducir el consumo de combustible y la polución.
Además, ha demostrado una amplia autonomía, hecho no muy común en este tipo de alimentación. Con estos resultados, la automotriz confía en poder comercializar a gran escala este tipo de rodados para el año 2010.
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