La irrupción de la pandemia con el consecuente freno a la actividad, complica aún más el panorama del sector, que venía luchando contra la caída de ventas, las dificultades para acceder al crédito y el estacamiento económico. El panorama aparece como incierto
La pandemia del coronavirus es lo peor que nos pudo pasar este año. Como dice el dicho popular: sobre llovido, mojado". La frase la deslizó días atrás un importante ejecutivo de una terminal automotriz y refleja fielmente cuál es el estado real de la industria por estos días. Tras el derrumbe de ventas de 2019 (fueron casi 460.000 0km) y los malos pronósticos para este 2020 (las estimaciones más optimistas hablaban de unos 360.000 patentamientos), la irrupción de la enfermedad y el estancamiento económico al que obligó produjo un enorme cimbronazo que complicó más el panorama.
Desde las distintas compañías consideran que todavía es prematuro aventurar qué sucederá con el mercado. Sin embargo, estiman que se venderán entre 200.000 y 300.000 (piso y techo, respectivamente) unidades, números muy lejanos a los del año último y bastante cercanos a los de 2004 (unas 288.000), uno de los peores en la historia.
Plantas paralizadas, concesionarios cerrados, operaciones online muy escasas y, fundamentalmente, la incertidumbre sobre cómo evolucionará la economía pospandemia no solo a nivel local sino global, aparecen como una combinación complicadísima. Como dato, al cierre de marzo se habían patentado 17.739 vehículos, un 35,9% menos que en febrero y un -54,7% respecto de marzo de 2019 (hay que tener en cuenta que en el mes último se operaron 10 días menos que lo habitual y que hasta entonces las operaciones venían creciendo un 5% en el promedio diario en relación a febrero). En este primer trimestre son 90.392 los patentamientos, un 35,1% menos comparado con los 139.340 del mismo período de 2019.
Ricardo Salomé, titular de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara) fue bastante claro al analizar la situación actual: "Es muy difícil hacer un análisis preciso con la cantidad de hechos que están sucediendo en nuestros país. Ya llegará el momento de replantear, junto con las fábricas y los gremios, los incentivos, objetivos de venta y exigencias. En una situación como esta, todos tenemos que flexibilizar nuestras posturas para encontrarle la vuelta a cómo seguir".
Reina la preocupación
Como se mencionó, todas las terminales automotrices se encuentran paralizadas en lo que hace a fabricación de vehículos y con el mínimo personal haciendo trabajos de mantenimiento. Además, algunas están volcadas a readecuar parte de su capacidad operativa para la manufactura de insumos para ayudar a atender a la emergencia sanitaria (respiradores, máscaras faciales y otros elementos) y varias pusieron a disposición de las autoridades sus flotas para que sean utilizadas por personal de salud, emergencias y seguridad (Ford, General Motors y Volkswagen).
En ese contexto, ¿cuál es el análisis que hacen desde las empresas? Martín Zuppi, director general del Grupo FCA, comentó: "Con la pandemia, el panorama para el año se ha agravado. Ya se planteaba un 2020 complicado por la retracción de la demanda doméstica y un mercado brasileño que se estaba recuperando lentamente. Pero con la llegada del coronavirus todos los mercados en el mundo están registrando caídas significativas y con poca visibilidad sobre cuándo se volverá a una situación medianamente normal. Las posibilidades de aumentar los niveles de producción y exportaciones se han esfumado, porque no es previsible que la plaza brasileña se levante inmediatamente y tampoco la nuestra".
Coincidió con él Rodrigo Pérez Graziano, director de Relaciones Externas y Comunicación del Grupo PSA (Peugeot, Citroën y DS), quien explicó: "Si bien estábamos atravesando un momento desafiante, con una muy lenta recuperación, este nuevo componente impactó fuertemente en las proyecciones y nos hace recalcular todo con una escasa visibilidad y poco nivel de precisión. Nuestra planta se encontraba en plena actividad, mientras que ahora está aguardando regresar nuevamente a su funcionamiento, pero con medidas de protección reforzadas para nuestros colaboradores en términos de la enfermedad".
En General Motos evaluaron que la situación es "crítica como en varios otros rubros clave de la economía argentina". Y explicaron que antes del aislamiento decretado por el gobierno nacional "la fabricación y la venta de vehículos mostraban una tendencia negativa respecto del mismo período de 2019", pero que "con estas condiciones el sector aparece como uno de los más afectados, impactando en miles de empleos propios y de terceros si tomamos en cuenta nuestra cadena de valor".
En la misma sintonía se expresaron desde Nissan Argentina, ya que consideraron que "se trata de una circunstancia compleja, que se agrega aún más al mal escenario que ya estaba atravesando el sector antes de que se desatara este nuevo contratiempo". Coincidieron en Volkswagen: "La variación en el tipo de cambio, las altas tasas de financiación y la inestabilidad económica tuvieron un gran impacto y ahora debemos considerar este nuevo factor que no sólo golpea a nuestro país sino a la industria automotriz a nivel global. Nos enfrentamos a una situación sin precedentes, un momento muy incierto del que todavía no podemos saber cuál será el alcance por la imprevisibilidad de poder planificar a ciencia cierta cuándo podremos retomar la producción, cómo reaccionará el comercio exterior y el mercado local."
Consultado sobre qué medidas consideran que deben tomar las autoridades respecto de la industria, Pérez Graziano consideró: "En este momento se están necesitando medidas de alivio que permitan contribuir a sostener las cargas en materia laboral (contribuciones patronales, programas de recuperación productiva), paliativos en materia fiscal en general y asistencia financiera con créditos blandos entre otros. Luego, necesitaremos medidas que permitan fomentar la producción, el consumo interno y las exportaciones".
Zuppi amplió: "En gran medida, creo que se debería replicar lo que están haciendo los gobiernos de los países desarrollados para asegurar la liquidez, el pago de salarios y evitar que se quiebre la cadena de pagos. En ese sentido, para nuestro sector sería oportuno poder aprovechar los créditos que tenemos contra el Estado y aplicarlos a saldar impuestos, además de extender plazos de pago y presentaciones fiscales; agilizar el pago de reintegros a la exportación; líneas de crédito a bajas tasas para toda la cadena, entre otras medidas".
Voceros de General Motors coincidieron y agregaron que "como sector, estamos buscando que las autoridades incluyan a las terminales y al resto de nuestra cadena (concesionarios, autopartistas, etcétera) en sus programas de emergencia y reactivación económica, con el fin de contribuir en la recuperación una vez que pase esta contingencia sanitaria". En Nissan, en tanto, consideran que "cualquier solución deberá incluirnos a todos para encaminar nuevamente el futuro de la industria".
En cuanto al futuro, todos los consultados coincidieron en que es difícil predecir qué es lo que va a pasar, pero se mostraron optimistas. Voceros de Volkswagen sostuvieron: "Esta situación es nueva para todos, es una crisis diferente a las que estamos acostumbrados a transitar. Por lo tanto, no sabemos a ciencia cierta cuándo comenzaremos a retomar el trabajo con normalidad. Sí estimamos que la mejora va a ser lenta, pero somos optimistas con que si logramos contener el virus de manera efectiva durante este semestre, vamos a poder lograr una reactivación del mercado durante el segundo semestre", manifestaron.
Pérez Graziano se mostró de acuerdo: "Nos hallamos ante un evento imprevisto en el que difícilmente alguien pueda tener una visión precisa. Vamos a tener una salida lenta, cuidadosa, pudiendo incorporar buenas prácticas de los países que transitaron esta etapa previamente y que estén en proceso de mejoría. Pero es claro que se va a necesitar de mucho esfuerzo y rigor para poder ir sorteando los obstáculos que se nos vayan planteando. Va a ser un año que no va a poder ser comparado con otros anteriores ni a nivel local ni mundial, dado que en esta oportunidad el impacto es global. Hay que reconstruir y trabajar para recuperar el terreno perdido y para eso vamos a precisar el total acompañamiento de todas los rubros que nos rodean, así como de la cadena de valor y también del Estado. De esto solo podemos salir adelante todos juntos".
En GM opinan de manera similar: "Necesitaremos el apoyo del gobierno y la colaboración de proveedores, sindicatos y cámaras empresariales para unir esfuerzos en favor de la comunidad. Y Zuppi, de FCA, añadió: "Lo más probable es que será una reactivación progresiva, o sea no volveremos a la normalidad inmediatamente".
En Nissan fueron un poco más allá: "Hoy estamos enfocados en generar las mejores condiciones posibles para garantizar la sostenibilidad de nuestro negocio en el corto plazo, priorizando a nuestro personal y analizando alternativas que nos permitan volver a recomponernos de manera rápida una vez pasada esta circunstancia. No sería prudente hacer previsiones sobre el futuro".
El secretario general de la Acara, Rubén Beato, finalizó: "Cuando pase todo esto veremos cómo podemos recuperarnos y retomar la línea de trabajo positiva que teníamos con el gobierno y con el sector. El promedio diario de operaciones de marzo venía mostrando más actividad y consultas con respecto a febrero, y parecía que nos encaminábamos a dejar atrás los últimos cuatro años de deterioro, endeudamiento feroz y destrucción del mercado interno. Tenemos más dudas que certezas sobre lo que pasa, su extensión e impacto".
Usados, por igual camino
No solo a los autos nuevos les pega la pandemia. En lo que hace a los usados, en este primer trimestre se transfirieron 373.073 unidades, un 8,62% menos que en igual período de 2019 (408.274), según informó la Cámara del Comercio Automotor (CCA).
"Estamos en iguales condiciones que el resto de los comerciantes, con el agravante de que nosotros estuvimos los últimos años prácticamente sin rentabilidad. Con nuestros ahorros mantuvimos el volumen de ventas pero sin tener rentabilidad, pero ahora la situación se va a agravada por el lucro cesante y los costos que seguimos teniendo. Por eso, elevamos recientemente a las autoridades de la AFIP una nota solicitando que se establezcan excepciones o postergaciones a las obligaciones corrientes en materia tributaria por el impuesto a las ganancias, mínima presunta, IVA y empleadores", contó Alberto Príncipe, titular de la CCA.
Y sobre el futuro expresó: "Es difícil imaginar cómo va a reaccionar cuando se vuelva a la normalidad. Si los autos nuevos mantienen las ofertas y el usado seminuevo sigue demandado, seguramente mantendrá su precio. En cambio, si las ofertas desaparecen y el usado es súper demandado y no hay ingreso de mercadería, los precios subirán".
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