En materia de seguridad vial, salvo algunas situaciones puntuales derivadas del clima o la topografía (uso de cadenas para la nieve, etcétera), las normas de tránsito deberían ser federales. En otras palabras, iguales a lo largo y ancho de la Argentina, cualquiera sea la provincia por la que se circule. Leyendo una consulta que le hizo en Instagram un seguidor a nuestro colega y amigo Matías Antico, surge una de las arbitrariedades y leyes obsoletas que rigen en cada jurisdicción a contramano de la Ley Nacional de Tránsito 24.449. El caso es que al automovilista le labraron una infracción en Oncativo, Córdoba, por circular con las DRL (Daytime Running Light) o luces diurnas y no con las bajas, ya que en dicha provincia la Ley 8560 no las considera aptas. El Artículo 47 inc. 1 de la 24.449 sobre el uso dice: "a) Luces bajas o luces diurnas (sistema DRL: Day Time Running Light): mientras el vehículo transite por rutas nacionales, las luces bajas o las luces diurnas permanecerán encendidas, tanto de día como de noche, independientemente del grado de luz natural, o de las condiciones de visibilidad que se registren…"
Es cierto que cada jurisdicción tiene la potestad de adherir o no a esta ley nacional, pero las DRL son luces LED pensadas, probadas e impuestas en todo el planeta porque son lo mejor para circular de día; por lo tanto, no aceptarlas es una negligencia de parte de las autoridades correspondientes. Además, la uniformidad de criterios y normas evitaría todas estas cuestiones. En vacaciones la gente se traslada de una provincia a otra y no puede aprenderse los códigos de tránsito de cada una. La sensación que queda es que estas situaciones solo tienen fines recaudatorios y lejos están de procurar la seguridad vial.
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