Los humedales son ecosistemas naturales cuya característica principal es ser un terreno que está saturado de agua o inundado por largos períodos de tiempo. El delta del río Paraná es considerado uno de los tres más importantes de América del Sur, con el del Amazonas (Brasil) y el Orinoco (Venezuela), y se caracteriza por una alta biodiversidad que, a su vez, beneficia a las comunidades locales.
Uno de los graves problemas que afectó a la zona en la última década fue el avance de las urbanizaciones, que generaron un alto impacto en el ecosistema.
"En la mayoría de los casos, el proceso lleva a la conversión del humedal en un sistema terrestre. Estos ambientes niegan las cualidades físicas y biológicas del terreno y provocan la desaparición de servicios ecosistémicos como la regulación hidrológica, el control de las inundaciones, la protección de las costas y la depuración del agua", explicó Marta Andelman, de la Fundación Humedales, que también participó en la generación del nuevo plan estratégico de Tigre.
