Los maquinistas de los trenes desafían al gobierno por el aumento de controles
El gremio de La Fraternidad paró en el San Martín y en el Belgrano Sur; "Me tienen podrido", dijo el ministro Randazzo; el titular del gremio, Omar Maturano, había dicho que "si un conductor toma cocaína, al otro día nadie se da cuenta"
"Si un conductor toma cocaína, al otro día puede trabajar tranquilo sin que nadie se dé cuenta", dijo ayer Omar Maturano, titular del gremio de La Fraternidad, mientras los maquinistas de las líneas San Martín y Belgrano Sur cumplían una sorpresiva medida de fuerza.
"Conmigo no van a joder, porque están jodiendo a la gente, por eso me indigno, es indignante la actitud de este tipo", respondió, desde Nueva York, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
El enfrentamiento estalló horas después de restablecerse el servicio de trenes de las líneas San Martín y Belgrano Sur, por el que no hubo trenes entre las 3 y las 10 de ayer y que dejó, una vez más, a los pasajeros como rehenes de un reclamo gremial.
Los maquinistas exigían que los controles médicos a los que son sometidos diariamente antes de comenzar su jornada de trabajo los realizara un profesional de la salud y no una enfermera como, argumentaron, ocurría hasta ayer. Finalmente, y tras una negociación, los trabajadores lograron imponer su postura y desde ayer por la tarde los exámenes comenzaron a ser realizados por médicos.
Pero el fuego cruzado entre los gremios y Randazzo hizo recrudecer la disputa entre el gobierno nacional y los conductores, que este año tuvo su pico de tensión tras el accidente de Castelar, en el que murieron tres personas. En julio el funcionario había mostrado imágenes de maquinistas dormidos mientras conducían las locomotoras y amenazó con colocar cámaras en todas las unidades.
"No fue un paro. Los conductores se presentaron a prestar servicio, pero no se subieron a los trenes", justificó Maturano ante la consulta de LA NACION. Según argumentó, la raíz del problema surgió hace casi dos meses, cuando los maquinistas pidieron que los tests psicológicos, de alcoholemia y de oxígeno en la sangre que les realizan todos los días estuvieran a cargo de un médico. "Los compañeros se cansaron. Hoy [por ayer] un compañero le dijo a la enfermera que los estudios se los haga un profesional y la enfermera no le dio la autorización para trabajar. Así pasó con el resto y se hizo una cadena", agregó Maturano.
A la medida que adoptaron en la línea San Martín se sumaron los del Belgrano Sur. Y por la merma del servicio, el Urquiza, cuyas vías corren en paralelo al San Martín, tuvo un incremento de un 40% de pasajeros de 7 a 9 entre Chacarita y Hurlingham.
El líder de La Fraternidad le restó importancia a la frase que originó la polémica y explicó a LA NACION que el gremio pidió realizar tests para detectar el posible consumo de cocaína entre sus trabajadores. "También decimos que incluyan fármacos, porque si alguien tomó ansiolíticos no está en condiciones de conducir", agregó.
El gobierno nacional reaccionó con vehemencia ante el reclamo de los conductores. "El paro es una cuestión política que tiene que ver con la decisión del fiscal [Sebastián Basso] del accidente de Castelar de procesar al maquinista del tren", increpó Randazzo en declaraciones radiales. Se refería así al pedido del fiscal del procesamiento de Daniel López, que el 13 de junio conducía el tren Chapa 1.
El ministro especificó que a los conductores se les realizan análisis de alcohol en sangre, test de atención y otro aleatorio de consumo de drogas. "Maturano fue dirigente sindical cuando se vaciaron los ferrocarriles", acusó. Y completó: "No voy a sacar ni una sola cámara, no voy a hacer nada que pueda afectar a los usuarios. Algunos motorman cobran 50.000 pesos, me tienen harto. Es increíble la actitud de este tipo, pero yo confío en que la mayoría de los motorman no piensan como él".
"Los que estamos podridos de Randazzo somos los trabajadores. Mirá si se van los 5000 conductores, podridos de conducir los trenes en las condiciones que están", respondió Maturano. El sindicalista adelantó que una medida como la de ayer difícilmente se repita si los exámenes a los conductores los realizan médicos.
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