Para ahorrar, viajan en auto con extraños
Lucas Todres terminó la facultad y se fue a recorrer el mundo. En 2008 aterrizó en Francia, donde terminó haciendo una maestría en negocios. Allí conoció el sistema de carpooling, que consiste en compartir el auto con desconocidos para ahorrar gastos y contaminar menos. "Vi en el sitio Covoiturage.fr que un tal Ahmed iba al mismo destino que yo, lo llamé y acordamos un lugar y horario. Fui, nos encontramos, pasamos a buscar a una chica y viajamos tres horas. Llegué, le pagué y listo", contó Todres, de 29 años, uno de los emprendedores que ahora impulsan esta práctica en Buenos Aires, donde varias plataformas suman al menos unos 5000 usuarios.
Compartir el auto con desconocidos es una práctica extendida en Europa. Allí, los sistemas de carpooling suman 20 millones de usuarios. Esta costumbre se apoya en redes sociales, GPS (geoposicionamiento) y celulares para lograr un más eficiente uso compartido del auto, una práctica ya conocida, sobre todo para madres y padres que llevan a sus hijos y amigos a la escuela o a la disco, o compañeros de trabajo que se turnan para "poner el auto".
En Buenos Aires, aunque el fenómeno recién comienza, varias plataformas se lanzaron en los últimos meses, entre ellas Encamello.com , VayamosJuntos.com.ar , Sincropool.com , CompartoCoche.com.ar y Poolami.com . Casi todos estos sitios ofrecen su servicio gratuitamente a los usuarios y buscan monetizarlo cobrándoles a empresas o instituciones que deseen adoptarlo para su comunidad de empleados o colaboradores. Las organizaciones pueden presentarlo como una acción de responsabilidad social al ofrecer un servicio adicional a su personal y aportar al cuidado del medio ambiente.
Por eso, la costumbre empieza a ser impulsada corporativamente por empresas y organizaciones, como la Universidad de Flores (UFLO). "Nos interesa el carpooling porque nuestra universidad está orientada académicamente a cuestiones de sustentabilidad ambiental y social. Pero además porque queremos sumar servicios a la comunidad de alumnos y sus familias", explicó Néstor Blanco, rector de esa casa de estudios, aunque se preguntó: "¿Cuán flexibles seremos los habitantes del área metropolitana, en la que tendemos al individualismo, para adoptar este sistema?".
Seguridad, el desafío
En grandes urbes argentinas, como Buenos Aires, otra de las grandes barreras es la inseguridad general que se vive en las calles. Por eso, los impulsores del sistema en el país recomiendan viajar con colegas de trabajo o de universidad; si el compañero de viaje es completamente desconocido, encontrarse con él en un lugar público o llamarlo al teléfono laboral para verificar la información ofrecida, y entrar en el perfil de Facebook y Linkedin con el mismo objetivo. "Nadie arma un perfil con más de 300 contactos en unas horas", afirmó Todres, gerente de EnCamello.com , que tiene 3000 usuarios registrados.
Para Manuel Larralde, uno de los creadores de VayamosJuntos.com.ar , "este año el carpooling repuntó mucho. Se puso de moda". Larralde y otros cuatro amigos trabajaban en una desarrolladora de videojuegos cuando se quedaron sin proyectos nuevos hace algunos meses. A mediados del año pasado decidieron lanzar su propia plataforma de coordinación de viajes, que ya tiene 1500 usuarios registrados.
"Después del viaje con Ahmed y otras tres experiencias, una de 600 km, me apasionó el fenómeno sociológico y dije «yo quiero hacer algo con esto»", contó Todres. Y lo convirtió primero en su tesis de maestría y ahora en una empresa. Según las conclusiones de su estudio, la masificación del carpooling permitiría una reducción del tránsito de hasta 5% en unos tres o cuatro años y una menor presión sobre la demanda de transporte público.
El carpooling también tiene su larga distancia. Por ejemplo, quienes siguen la campaña de River Plate en el Nacional B, que tienen que recorrer varias provincias, pueden encontrar a otros hinchas que tengan la misma devoción. O los que salen de la ciudad para ir a un recital en La Plata, Rosario o Junín, por citar algunas de las plazas de recientes concentraciones masivas.
Según una encuesta de EnCamello.com , el 35% de las personas viajan al trabajo en auto, y entre ellas, el 70% lo hace en solitario. El gasto promedio para los que viajan en auto, sin contar estacionamiento, es de $ 25 por día, unos $500 mensuales. Entre quienes viajan en transporte público, el 45% ahorraría tiempo si viajase en auto. Y si el precio del combustible y del peaje fuese la mitad del actual, 45% viajaría en auto en lugar de hacerlo en transporte público.
"El 50% de los consultados en la encuesta afirmó que aceptaría compartir el auto con otra persona si se tratase de un contacto de segundo grado de quien se tienen pocas referencias; el 65% lo haría si se tratase de alquien que no conoce pero de quien tiene información de contacto, y el 80% no tendría ningún problema si fuera otro empleado de la misma empresa en la que trabaja", resumió Todres.
"No tengo problema de compartir el auto con alguien que no conozco siempre que sea de la misma universidad", contó Guadalupe Moreno, que estudia en la Universidad de Morón pero trabaja en la UFLO y comparte el viaje con otras dos personas a cambio de pagar parte del costo del estacionamiento. Gastón Rizzardi comparte el auto con dos compañeros de facultad que van de San Martín a Flores. Se conocieron en primer año y ya van por tercero. "Todavía hay pocos estudiantes que hagan esto, más que nada porque no se conocen con chicos de otras carreras o años", dijo.
Tanto Todres como Larralde recomiendan compartir sólo el costo del combustible, peajes y estacionamiento por una cuestión legal. "Si el dueño del auto tiene un seguro contra terceros particular, si lleva a alguien sin compromiso y choca, el seguro lo cubre. Pero si el pasajero paga como si fuera un remís trucho, el dueño del auto entra en la categoría de transporte comercial y el seguro no lo cubre", explicó Todres.