Que la discusión sirva para mejorar
El Legislador Juan Cabandié manifestó que vio presencia de peces en el Riachuelo. La noticia es importante, por cuanto supondría una mejora de la calidad de agua del río hasta el punto de permitir la presencia de vida. No se conocen estudios científicos que permitan corroborar tal afirmación. De todas maneras, es importante que su comentario haya generado un espacio para el debate sobre la situación del Riachuelo, el cual no sólo debe incluir la situación del espejo de agua, que es de suma importancia, sino también abordar su componente social, habida cuenta de que nos encontramos ante una cuenca que afecta al 15% de la población total del país, y con un alto grado de necesidades básicas insatisfechas.
El Riachuelo es el río más contaminado de la Argentina y uno de los 30 sitios más contaminados del mundo. Son tres las fuentes principales de contaminación: los líquidos cloacales que se vierten libremente, los efluentes provenientes de las 12.000 industrias localizadas en su territorio y más de 300 basurales a cielo abierto.
Fue necesaria la intervención de la Corte Suprema de la Nación, que, en 2008, mediante un fallo histórico, logró romper la desatención en la que se encontraba el Riachuelo. Hoy, a 5 años de ese fallo se ven algunos resultados positivos: la creación de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), la remoción de buques hundidos, las tareas de limpieza de márgenes y de basura del interior del espejo de agua.
La tarea de sanear una cuenca tan compleja demanda una acción integral que apunte a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen las consecuencias de la contaminación.
Para que ello sea posible será necesario avanzar en una agenda integral de saneamiento y control de la contaminación. Ello incluye establecer una efectiva política de control de industrias, metas progresivas para la disminución de vertidos y sustancias contaminantes, realizar un plan para la efectiva relocalización del Polo Petroquímico de Dock Sud, iniciar las obras de infraestructura para el saneamiento cloacal (a cargo de AySA), elaborar un plan de reurbanización de villas y asentamientos, brindar atención sanitaria efectiva, asegurando el acceso a agua segura a la población en situación de riesgo y poner en marcha una política integral para la gestión de residuos en la cuenca. La polémica generada por los dichos de Cabandié puso el Riachuelo en el foco de la atención. Es de esperar que esta situación ayude a tomar las decisiones para avanzar en su saneamiento.
Andrés Napoli