San Isidro: voluntarios recolectaron tres toneladas de basura de la costa del río

Botellas de plástico, zapatillas perdidas, pañales y hasta lavarropas o televisores navegan a la deriva por el Río de la Plata y se depositan en la costa. Por eso, un grupo de voluntarios -encabezados por los hermanos Yago y Klaus Lange, hijos del campeón olímpico Santiago Lange- se organizaron para levantar ayer desechos que contaminan el agua y son un riesgo para la navegación. En solo dos horas, recolectaron más de 3000 kilos de basura.

En diálogo con LA NACION, Yago Lange explicó cómo se le ocurrió impulsar esta jornada de limpieza. "Con mi familia siempre hablamos sobre que cada lugar que encontramos sucio en el agua nos da pena. Nos topamos en el río con lavarropas, ventiladores. Rompimos tres orzas (una pieza de madera que va insertada en la quilla) de nuestros barcos. Se nos acostumbró la vista a la basura que tiene el río, pero eso no está bueno", detalló.

La convocatoria surgió en el Club Náutico de San Isidro (CNSI). "Fue espontáneo. Hicimos un clic con mi hermano Klaus cuando sacamos una bolsa entera del puerto de Mar del Plata -recordó Yago-. Desde ese momento, en tres días nos pusimos en campaña para lograr esta jornada que cuenta con más de 100 personas solo en este club".

Mediante posteos en las redes sociales, el llamado se extendió a todos los clubes de la costa del río: Yacht Club Olivos, Yacht Club Argentino, CUBA, Perú Beach y los clubes de veleros San Isidro y Barlovento. Además se organizaron también en Junín, Mar del Plata, Rosario, San Pedro, Puerto Madryn y Bariloche.

En San Isidro , a las 10 en punto de ayer, las brigadas de limpieza empezaron a recorrer la ribera. Al mismo tiempo, otro grupo salió en gomones para acceder a los desechos que estaban en sitios de más difícil acceso.

Con guantes y bolsas en mano, se metieron entre los juncos y sacaron botellas, pañales, zapatillas y cientos de tapitas de plástico que retirarían en unas 100 bolsas para su posterior separación. Los materiales aptos serán enviados a centros de reciclaje.

Se sumaron chicos que se encargaban de las tapitas y hasta personas que no son socias del club, pero igual tomaron conciencia de la peligrosidad de la contaminación de las aguas. Por ejemplo, Enrique Silvestri, que relató que era la primera vez que entraba al Náutico de San Isidro.

Mientras llevaba en su mano una bolsa de consorcio a medio llenar, confió a LA NACION que este año tomó conciencia del peligro del plástico en los mares y océanos a partir de la noticia de una ballena muerta a la que le encontraron seis kilos de ese material en el estómago. El hecho sucedió en Indonesia, pero las imágenes se volvieron virales. "Me enteré de esta convocatoria y quise aportar mi granito de arena", dijo Enrique, mientras se metía entre los matorrales a recolectar otra botella.

Con los pies en el barro, Pilar Marín, nieta de uno de los fundadores del CNSI, enumeró los cambios que vio en el río a lo largo de los años. "Cuando era chica nadábamos en esta costa. Hasta había una carrera alrededor de la isla -recordó-. Ahora sería imposible por el nivel de contaminación de las aguas".

Repercusión

Yago explicó entusiasmado la gran repercusión que tuvo la convocatoria entre los más chicos. "Lo contamos en la escuela de vela del club y se entusiasmaron enseguida. Eso es muy importante, porque ellos son el futuro y si toman conciencia ahora, será más fácil cuidar el agua y el medio ambiente en los próximos años", consideró.

Sobre el tema, Klaus agregó: "Hoy estamos acostumbrados a que chicos de 7 años arranquen con su velero en el agua y se crucen con preservativos usados, entre otros desechos. Y eso no es lindo".

Según el censo de Basura Costera 2017, realizado por la Fundación Vida Silvestre, el 82% de los residuos que se recolectaron en las costas bonaerenses fueron plástico.

Pero, ¿cómo llega el plástico a las aguas del río? Yago Lange sostiene que hay varias vías: "Desde personas que tiran directamente la basura al agua, tachos sin tapa que están cerca de la costa o basurales a cielo abierto cuyos desechos el río arrastra cuando crece".

Yago indicó que "muchas personas se solidarizaron con esta convocatoria y les dio lástima no poder estar. Pero lo importante es aportar un granito de arena desde cualquier lugar". Él, por ejemplo, reduce "el uso del plástico recargando la misma botella" con la que se hidrata en todos sus entrenamientos.

Consultado sobre si podría repetir la jornada de limpieza para que participen quienes esta vez no pudieron, respondió que todavía no tiene nada planificado porque incluso la actividad de ayer se organizó en apenas tres días.

Un informe de Naciones Unidas indica que el 10% de toda la basura que se genera es plástico. En la Argentina, según datos de 2017 de la Cámara de la Industria Plástica, se reciclaron 225.000 toneladas sobre un total de 1.613.000.

Es más, pese a los esfuerzos ecológicos, ya se detectaron partículas de plástico en peces de la costa del Río de la Plata, según un estudio del Conicet y la Universidad de La Plata. Según la investigación, ejemplares de surubí, sábalo, patí, pejerrey y carpa contenían en su tubo digestivo microplásticos que eventualmente podrían afectar su calidad para el consumo humano.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) pronostica que para 2050, los océanos tendrán más plástico que peces y aproximadamente el 99% de las aves marinas lo habrán incorporado a sus sistemas digestivos.

Consejos para disminuir el uso de plástico

1- No aceptar bolsas plásticas. Llevar una bolsa propia de tela para trasladar productos

2- Usar envases recargables. Disminuir el uso de bebidas embotelladas

3- Elegir productos con el menor packaging posible. Por ejemplo, evitar las frutas y verduras envueltas en plástico

4- Comprar productos empaquetados en materiales reutilizables, como cartón o vidrio.

Fotos: Ignacio Sánchez

Edición fotográfica: Fernanda Corbani

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