Primer programa gratuito en el país. Congelarán ovarios de niñas con cáncer para preservar su fertilidad
La técnica se aplicará en pacientes mayores de 2 años del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez
Ahora que los tratamientos oncológicos disponibles permiten que el 70% de los chicos con algún tipo de cáncer sobreviva, en pediatría se asoma una nueva preocupación que va más allá de conservar la vida de los pequeños pacientes: ¿cómo proteger su fertilidad futura de los efectos dañinos de esas terapias?
Para esto, un equipo multidisciplinario de médicos argentinos pondrá en marcha en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez el primer programa de congelamiento de tejido ovárico y de óvulos para preservar la capacidad reproductiva de niñas con cáncer u otras enfermedades que requieran el uso de quimioterapia o radioterapia.
Este procedimiento, que se realizará gratuitamente e incluirá inicialmente a niñas mayores de 2 años, permitirá reimplantar ese tejido una vez finalizado el tratamiento.
"Esta nueva técnica, que será analizada con el equipo médico de cada paciente, abre un nuevo campo en el concepto de futuro para estas niñas. Aunque es importante no crear falsas expectativas, la posibilidad de preservar la fertilidad existe de manera aún experimental, por lo que debe informarse a los familiares sus verdaderos alcances", comentó el doctor Ramiro Quintana, experto en medicina reproductiva y director del programa.
En estas pacientes, la ventaja más importante de esta criopreservación de ovarios u óvulos, según sea el caso, es que permite proteger su fertilidad sin demorar el tratamiento que les salvará la vida.
"Cuando la prioridad en esas niñas era curar el cáncer, nadie pensaba en qué pasaría con el futuro de su fertilidad. Con la aparición de nuevas drogas y la curación de muchos cánceres pediátricos que antes eran mortales, como la leucemia, algunos linfomas, los neuroblastomas [dos tercios aparecen en el abdomen] o ciertos sarcomas, se empezó a ver que el daño ovárico de la quimioterapia podría ser parcial o total", comentó el cirujano Luis Zuccardi, coordinador del programa que ofrecerán el hospital Gutiérrez y el centro Fertilidad Buenos Aires, que dirige Quintana en el Sanatorio de la Trinidad.
Se estima que en algunos tipos de linfomas o leucemias, por ejemplo, 9 de cada 10 niñas pueden quedar estériles a diez años debido a la pérdida progresiva de la actividad de los folículos ováricos, que son estructuras microscópicas donde nacen los óvulos, por el tratamiento. El daño de todo tratamiento oncológico dependerá del tipo de fármaco utilizado, la dosis y la duración de su administración. "Y todo esto -aclaró Quintana-, dependerá a su vez de la edad de la paciente. Cuanto más joven es la mujer, más posibilidades existen de recuperar los folículos."
Aunque existen en el país experiencias en el congelamiento de ovarios de mujeres con cáncer, como el protocolo de criopreservación del Instituto de Ginecología y Fertilidad (IFER), con los doctores Edgardo Young y Guillermo Marconi, este programa es el primero que abre camino a los padres de niñas tratadas en un hospital público a una alternativa muy costosa en el resto del mundo.
Según adelantó Zuccardi, las mejores candidatas para este procedimiento serán las niñas que todavía no tuvieron su primera menstruación (menarca) o que ya menstruaron y deben recibir radioterapia o quimioterapia muy agresiva, con fármacos que pueden afectar el tejido ovárico (agentes alquilantes).
El procedimiento, según los expertos, comienza con la extracción de un ovario en alguna intervención quirúrgica a la que deba someterse a la paciente antes de iniciar el tratamiento oncológico. La extracción, si la cirugía no es abdominal, se realiza mediante laparoscopia, "siempre y cuando no complique ni demore el tratamiento oncológico", indicó Quintana.
Una vez obtenido el ovario, se extrae una pequeña muestra para el análisis anatomopatológico y el resto se coloca en un líquido especial para transportarlo al centro Fertilidad Buenos Aires, donde se preparará para su criopreservación.
Si el ovario mide menos de 3 centímetros, se congelará completo. De lo contrario, se extraerán la corteza y los folículos para cortarlos en tiritas y poder congelar el tejido. "Quizá, cuando crezca, la paciente no necesite utilizar este material porque el otro ovario funciona bien. De lo contrario, contará con un reaseguro de su fertilidad", finalizó Quintana.
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