Cuando el HIV deja de ser inevitable
Un equipo médico multidisciplinario logró bajar a cero la transmisión madre-hijo del virus del sida
"Mi amor" es la frase que Patricia se hizo tatuar en su brazo izquierdo tras haber dado a luz a Kiara, su sexta hija, el 22 de noviembre último en el hospital Cecilia Grierson, de Guernica. Fue su amor de madre el que la llevó a retomar el tratamiento contra el HIV que había abandonado tiempo atrás, tratamiento que abrazó con firmeza y determinación sólo cuando supo que con él podría evitar contagiar a la hija que crecía en su vientre.
Y así fue que Kiara nació sanita, que es lo más importante, dirían las abuelas. Aunque, y es justo decirlo, fue algo más que el amor de Patricia el que permitió que su hija de poco más de un mes de vida no lleve hoy el HIV en su sangre.
Desde septiembre de 1999, un equipo médico multidisciplinario trabaja de cerca con las mujeres embarazadas HIV positivo que acuden al hospital Cecilia Grierson; el objetivo no es otro que garantizar el cumplimiento de tres medidas (tratamiento antirretroviral, parto por cesárea y no amamantamiento) que permiten reducir del 35% a menos del 5% el riesgo de transmisión madre-hijo (perinatal) del virus del sida.
"Durante este año, ninguno de los 19 chicos nacidos en el hospital de madre HIV positivo ha contraído la infección", afirma con satisfacción la doctora Mariana Ceriotto, médica infectóloga que coordina la Unidad de Atención Multidisciplinaria para la Prevención del Sida Perinatal del hospital Cecilia Grierson. En otras palabras, en este centro la tasa de transmisión madre-hijo del HIV es cero, algo sólo logrado por aquellos hospitales nacionales de referencia en sida, como el Fernández.
"Claro que estos hospitales están muy lejos de quienes viven en el conurbano bonaerense", apunta Ceriotto, distancia que se ve expandida por el hecho de que muchas de sus pacientes ni siquiera pueden costear un pasaje en colectivo. "La idea de este programa es trasladar el conocimiento y la tecnología adonde está el problema."
Recientemente, esta unidad de atención a embarazadas con HIV fue premiada por la Fundación Huésped por haber logrado tasas de transmisión perinatal tan bajas en el conurbano bonaerense, donde éstas oscilan mayormente entre el 20 y el 30 por ciento.
Asistencia perfecta
Susana vive en Numancia, localidad vecina a Guernica, tiene 35 años y se enteró de que es portadora del HIV hace un año y medio, al dar a luz a su séptima hija: Sol. Susana llegó al hospital Cecilia Grierson hace diez meses, embarazada de tres meses, sin tratamiento y muy asustada.
Por aquel entonces, no sabía que era posible no contagiar a Mariana, su hija en camino. "Me fui enterando y aliviandome a través de Mariana (Ceriotto) -recuerda-. Y ahí empecé a tomar la medicación."
Desde aquel entonces, Susana va todos los miércoles al Consultorio N°1 de Ginecología del hospital Cecilia Grierson, donde funciona la unidad que coordina la doctora Ceriotto. Esa periodicidad a rajatabla que respetan todas las mujeres que allí se atienden es uno de los secretos de su éxito.
"Estas madres nunca faltan al control y la adherencia a los tratamientos es buenísima -comenta Ceriotto-. Incluso luego del parto siguen viniendo todos los miércoles ya que les proveemos las leches maternizadas que deben darles a sus hijos en lugar del amamantamiento, esto también colabora con la adherencia y nos permite el seguimiento de los chicos."
Justamente, uno de los objetivos a futuro del equipo que coordina esta médica infectóloga es poder consolidar el seguimiento de los chicos con HIV, ya que muchas de las embarazadas que atiende tienen hijos más grandes que han contraído la infección y que son tratados en hospitales de pediatría de referencia en sida. Todos en Capital Federal.
Optimizar recursos
Ceriotto trabaja en sida y embarazo desde 1993. "Trabajé en el hospital Muñiz hasta que decidí salir a donde las cosas pasaban, al área más crítica -afirma-. Uno de los grandes problemas es que el conocimiento se recicla en los hospitales centrales donde suele estar la gente más preparada, y eso conocimiento no llega a lugares como Guernica."
Cuando hace un par de años Ceriotto llegó al hospital Cecilia Grierson se encontró con que los medicamentos para el sida que entrega el Estado argentino no estaban en el hospital y que el test para detectar el HIV, también gratuito, no se le ofrecía a las embarazadas.
"Este programa no costó un solo peso -asegura esta infectóloga que trabaja ad honorem-. Lo que hicimos fue optimizar los recursos que ya existían. Y esta experiencia puede ser repetida en otros hospitales."
Actualmente, Ceriotto asesora al hospital Paroissien de La Matanza en el desarrollo de un programa similar. Uno supone que debe de hacer malabares para no descuidar su practica médica privada y, además, no faltar a la promesa de ser una buena madrina para Mariana, la hija de Susana.