El lugar de los adultos
A la hora de comer, una cuchara puede ser un avión. Un juego, en definitiva, que pueden jugar padres e hijos. Pero, ¿cuánto tiempo dedican los papás al juego compartido?
"Muchos hacen el esfuerzo de encontrarse a jugar, pero no la mayoría. Los abuelos cubren bastante ese lugar", afirma Cañeque.
Rodulfo, en cambio, observa que "gran cantidad de padres les están dando valor a los espacios para encontrarse a jugar con sus hijos".
Espacio: palabra clave. "No importa si el padre no juega todo el tiempo. Lo fundamental es que los adultos sepan generar espacios para que el niño juegue. Un chico de dos años puede jugar solo y le alcanza con tener a un adulto cerca (aun haciendo otra actividad), para no sentir la angustia del abandono y divertirse."
Los adultos también deberían estar atentos cuando un chico no juega. "Está de moda consultar por los chicos que molestan en la clase y no rinden, que son hiperkinéticos -dice Citino-. Pero un niño brillante que no juega con sus pares también debe llamar la atención de los grandes."