Hallazgo de paleontólogos argentinos. Huellas de un dinosaurio patagónico revelan una extraña forma de caminar
Al dar un paso arrastraba una uña de la otra pata, dejando un rastro singular
Ciento cincuenta millones de años atrás, un dinosaurio del tamaño de un pavo se desplazaba por las orillas de un extenso pero poco profundo lago de lo que es hoy el nordeste de la provincia de Santa Cruz con una elegancia inusual entre esos reptiles: arrastraba levemente una de sus patas al tiempo que la otra daba un paso veloz.
Poco es lo que ha llegado hasta nuestros días de este grácil dinosaurio apodado Casamiquelichnus navesorum: los paleontólogos no han podido encontrar ni un solo hueso de esta especie. Pero disponen para su estudio de sus huellas fósiles, que presentan particularidades únicas.
"No hay ninguna huella de dinosaurio en el mundo que tenga las características de este animal", comentó el paleontólogo Rodolfo Coria, director del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, Neuquén, que lleva 16 años estudiando las pisadas.
Líneas que corren paralelas a las pisadas; pisadas que a veces exhiben tres dedos, y otras dos o uno: las huellas encierran incógnitas que están comenzando a ser develadas.
Adaptado a la velocidad
Fue en febrero de 1988, durante una campaña paleontológica realizada cerca del Parque Nacional Bosque Petrificado, en Santa Cruz, cuando una expedición del Museo Argentino de Ciencias Naturales dio con las huellas del Casamiquelichnus.
"Las huellas eran muy complicadas -reconoció Coria, que participó de la expedición-. Lo que más nos llamó la atención eran unas marcas de arrastre que aparecían paralelas a las huellas. Consulté con muchos especialistas, pero nadie había visto nada parecido."
Las únicas marcas de arrastre fósiles conocidas eran accidentales (causadas por un paso en falso dado por el animal) o habían sido dejadas por la cola del dinosaurio. Pero éste no era el caso: todas presentaban el mismo patrón. "No eran algo accidental, sino el resultado de un hábito de locomoción característico del dinosaurio", dijo el paleontólogo.
Restaba entonces describir cómo camina el Casamiquelichnus. "Interpretamos que la marca de arrastre la dejaba una de las uñas de la pata. Al dar un paso, arrastraba la garra de la pata opuesta", explicó Coria, que comparó el andar del dinosaurio con un célebre paso de baile de Michael Jackson.
"Su andar era parecido a cuando Jackson camina hacia atrás, arrastrando un pie mientras el otro da un paso, pero casamiquelichnus lo hacía hacia adelante."
La otra incógnita por resolver era por qué algunas huellas de un mismo ejemplar mostraban tres dedos y otras dos, o incluso un solo dedo. "Una explicación posible es que juntara mucho los dedos para reducir la superficie de apoyo -señaló Coria-. Esta es una adaptación necesaria para poder correr más rápido."
Esa hipótesis concuerda con sectores de los fósiles en los que las pisadas aparecen casi en una sola línea recta: "La carrera es más efectiva cuanto más cerca de la línea media uno pisa", agregó el paleontólogo.
La descripción de las huellas fue publicada por Coria y su colega Ariana Paulina Carabajal en la revista especializada Ameghiniana.
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