La Argentina pone sus ojos en el espacio
El primer satélite operativo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales espera en perfectas condiciones
El domingo, si todo funciona como está previsto, la Argentina ingresará por derecho propio en el selecto grupo de países espaciales cuando se ponga en órbita el satélite SAC-C, el primero plenamente operativo desarrollado en el país.
El lanzamiento será a las 15.24 hora argentina, pero ese día, alrededor de las 10 de la noche, cuando el satélite pase por primera vez a 700 kilómetros de altura sobre el Centro Espacial Teófilo Tabanera, de Córdoba (donde se controla la misión y se reciben las imágenes satelitales), seguramente los 130 científicos y técnicos de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y los 300 técnicos e ingenieros de Invap, empresa encargada de su construcción (la misma que hace poco tiempo ganó una licitación internacional para venderle un reactor a Australia), suspirarán aliviados.
Con unos 475 kilos y once aparatos de última generación provistos por seis países , el SAC-C es un digno exponente de la capacidad espacial local y poseedor de un grado de complejidad nada desdeñable.
Gracias a esa carga, entre otras cosas, tendrá la capacidad de tomar imágenes con resolución de 35 metros, hará mediciones del campo magnético terrestre, determinará el efecto de partículas de alta energía en componentes electrónicos de última generación, rastreará la ruta migratoria de la ballena franca austral y registrará datos ambientales.
Satélites de la mañana
"Es un satélite muy avanzado, que lleva instrumentos increíbles -se enorgullece Conrado Varotto, presidente y factótum de la Conae-. Algunos desarrollados por nosotros y otros aportados por un grupo de nuestros socios: en primer lugar, la NASA, pero también Italia, Francia, Dinamarca y Brasil. Todos tenemos acceso pleno a la información generado por los otros."
"Además, el SAC-C tiene una interesante particularidad -explica Raúl Colomb, miembro del directorio de la Conae y director de la misión científica-: formará parte del primer equipo satelital de la historia, junto con el Landsat 7, el Terra y el EO1, de la NASA. Los cuatro integrantes de la Constelación de la Mañana tendrán la misma traza sobre la superficie terrestre.
Al actuar coordinadamente y pasar por el mismo punto geográfico con algunos minutos u horas de diferencia, ellos aguzarán nuestras capacidades de observación de la Tierra.
Pero también permitirán explorar técnicas de navegación autónomas (es decir, sin necesidad de un control terreno) que se anticipan como el futuro la actividad satelital, y llevan receptores GPS (global positioning system) para estudiar los procesos de propagación de la radiación a través de la atmósfera.
Para formarse una idea de la utilidad del SAC-C cabe recordar que lleva una cámara que permite estimar cultivos, áreas forestales y estudios costeros, y que eventualmente podrá utilizarse para monitorear desastres naturales o de origen humano. También permitirá evaluar datos ambientales, como los procesos de erosión costera o el avance de la desertización.
Misión cumplida
De algún modo, el lanzamiento será la culminación de los primeros años de acción de la Conae, que viene cumpliendo el plan que se había trazado sin prisa, pero sin pausa.
Con una duración inicial de once años y revisiones cada dos, el Plan Espacial Nacional tiene cinco líneas de acción: por un lado, las misiones satelitales; por el otro, la infraestructura terrestre, los sistemas de información, el acceso al espacio y las relaciones institucionales.
Las metas, afirma Varotto, se decidieron con criterios claros: "En primer lugar, que en lo que hiciéramos teníamos que ser número uno en el nivel mundial. En segundo término, que el principal recurso que íbamos a usar era la materia gris. Y por último, que los emprendimientos con otras naciones los íbamos a hacer en calidad de socios; es decir, en igualdad de condiciones".
Y para ilustrar estas palabras con hechos, inmediatamente saca a relucir la joya de la Conae: la estación terrena de Córdoba, un centro de recepción de imágenes satelitales de última generación que genera información vital para un sinnúmero de actividades económicas y que -dice Varotto- es capaz de recibir, procesar y distribuir (en caso de necesidad, en dos horas) ese material.
"La meta final es que todo esto tenga una tasa de retorno para el país", se entusiasma.Y luego de pensar unos instantes, insiste: "Esta es una demostración de que en el país se pueden aplicar políticas de Estado. El Plan Espacial se pensó con mucho cuidado, y siempre hemos tenido apoyo, independientemente de la administración. Si estamos convencidos de lo que tenemos que hacer, no hay duda de que podremos".
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